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n

- 174: -

n ac ione indígena d l felino a tral que io·nifi

é

n e m e ha ' i to

«

El tigre de oro

»)

resr

ectivament

«

l r lampagueante

» ·

nada d

cuatro ojos.

En sefn1ndo lngar I ued citar e la falta ab oluta de documento ico–

nológicos como -- er pintura.., grab:vlo y e cultura , con representacio–

nes de un

ti~;re

a cuatr o ojos. Remo repasado con el mayor interé

y

con resultado absolutamente negativo, ·1as grandes obras monumentale

de los Baessler, d'Harcourt, Lehmann, Po nansky, R.eiss, Seler, Stübel ,

Ub.le

, como también las monografía de Mead ·

1

y Tello

2

,

muy ricas en

ilustraciones del tipo felino en el arte peruano : nada, absolutamente

nada de un jaguar con semejante teratomorfismo.

Francamente : el as¡ ecto de la con8telación del

Scorpius

cuando se

levanta del horizonte cual felino en actitud de saltar con la cola exten–

dida hacia atrás (que hace recordar lo versos de Schiller : Schlagt

mit dem Schweif einen furchtbaren Reif) tal aspecto repito ya es

bastante sugestivo, y no hay necesidad de complicar este berrno o cua–

dro astral con un detalle monstruoso. Además, el color

niarcadaniente

r ojo

de Antares, la gran estrella que corresponde a 1a cabeza, o más

bien, como se verá en seguida, al ojo izquierdo del felino) es otro

comprobante que el

choquechinchay

baya tenido las formas normales de

un tigre.

La prueba a que me refiero, e basa en el libro rarí imo del Padre

fray Alonso Ramos Gavilán, predicador del orlen de Nuestro Padre

San Agustín, obra que no obstante de todos mis esfuerzo no he podido

consnlt.ar

en su edición original. Pero puedo por lo menos ofrecer una

información ilnportante que tomo de un libro del señor Beli ario Día.z

l{omero,

e~critor

boliviano, quien parece ha consultado el original del

p<:tdre agustino; escribe Dfaz Romero : Titicaca «era el nombre de la

i la principal, que la leyenda refería haber estado habitada por un

ja~

guar

3

cuyos

ojos de rubís brilla.ntes)

alumbraba.u en la noche las aguas

del lago. Estas tradiciones las debemos al Padre Ramos, que escribió

al respecto poco después de la conquista » "' .

Para saber un poco más del importante libro, hoy tan raro, me dirigí

1

MEAD,

The P ,u11ia niotive in ancient Pe1"u, ian art)

en

Prnceedings of the nineteenth

inteniational Congress of Anierioanists, held at Washington, Decernber27-31, 1915,

pp.

261-263 ,

Wáshiugton ,

1917.

~

I

2

TELLO,

Wira-Ko cha,

etc., pp.

204-320, 583-606

(trata del dios felino

y

sus

transformaciones en el arte peruano).

3

En el original del padre Ramo debe haber

«

onza » o

«

gato

»

en vez de

« j aguar ». La bastardilla es nuestra.

4

Dí.A.Z ROMERO,

Ensa.yo

ele prehistoria ani,ericaria. Tia,huanaon

y

la, Arné1'ica primi–

tiva)

segunda edición, refm1clida y amejoracla, p.

84,

nota

36 ,

La Pa.z-Cochabamba–

Oruro, Poto

í,

1920 .