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n ac ione indígena d l felino a tral que io·nifi
é
n e m e ha ' i to
«
El tigre de oro
»)
resr
ectivament
«
l r lampagueante
» ·
nada d
cuatro ojos.
En sefn1ndo lngar I ued citar e la falta ab oluta de documento ico–
nológicos como -- er pintura.., grab:vlo y e cultura , con representacio–
nes de un
ti~;re
a cuatr o ojos. Remo repasado con el mayor interé
y
con resultado absolutamente negativo, ·1as grandes obras monumentale
de los Baessler, d'Harcourt, Lehmann, Po nansky, R.eiss, Seler, Stübel ,
Ub.le, como también las monografía de Mead ·
1
y Tello
2
,
muy ricas en
ilustraciones del tipo felino en el arte peruano : nada, absolutamente
nada de un jaguar con semejante teratomorfismo.
Francamente : el as¡ ecto de la con8telación del
Scorpius
cuando se
levanta del horizonte cual felino en actitud de saltar con la cola exten–
dida hacia atrás (que hace recordar lo versos de Schiller : Schlagt
mit dem Schweif einen furchtbaren Reif) tal aspecto repito ya es
bastante sugestivo, y no hay necesidad de complicar este berrno o cua–
dro astral con un detalle monstruoso. Además, el color
niarcadaniente
r ojo
de Antares, la gran estrella que corresponde a 1a cabeza, o más
bien, como se verá en seguida, al ojo izquierdo del felino) es otro
comprobante que el
choquechinchay
baya tenido las formas normales de
un tigre.
La prueba a que me refiero, e basa en el libro rarí imo del Padre
fray Alonso Ramos Gavilán, predicador del orlen de Nuestro Padre
San Agustín, obra que no obstante de todos mis esfuerzo no he podido
consnlt.aren su edición original. Pero puedo por lo menos ofrecer una
información ilnportante que tomo de un libro del señor Beli ario Día.z
l{omero,
e~critor
boliviano, quien parece ha consultado el original del
p<:tdre agustino; escribe Dfaz Romero : Titicaca «era el nombre de la
i la principal, que la leyenda refería haber estado habitada por un
ja~
guar
3
cuyos
ojos de rubís brilla.ntes)
alumbraba.u en la noche las aguas
del lago. Estas tradiciones las debemos al Padre Ramos, que escribió
al respecto poco después de la conquista » "' .
Para saber un poco más del importante libro, hoy tan raro, me dirigí
1
MEAD,
The P ,u11ia niotive in ancient Pe1"u, ian art)
en
Prnceedings of the nineteenth
inteniational Congress of Anierioanists, held at Washington, Decernber27-31, 1915,
pp.
261-263 ,
Wáshiugton ,
1917.
~
I
2
TELLO,
Wira-Ko cha,
etc., pp.
204-320, 583-606
(trata del dios felino
y
sus
transformaciones en el arte peruano).
3
En el original del padre Ramo debe haber
«
onza » o
«
gato
»
en vez de
« j aguar ». La bastardilla es nuestra.
4
Dí.A.Z ROMERO,
Ensa.yoele prehistoria ani,ericaria. Tia,huanaon
y
la, Arné1'ica primi–
tiva)
segunda edición, refm1clida y amejoracla, p.
84,
nota
36 ,
La Pa.z-Cochabamba–
Oruro, Poto
í,
1920 .