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Digresión uranológica 1: La Vía láctea
!DI de t ino de la Vía láctea: prever con agua al Dio <le la to1menta.,
no obliga a dedicarle un análi ... is e pecial.
La
Vía
láctea, entre lo Quichua , e " comparada con do formaciones
distintas (que a u vez deben corre ponder a diferente zona mitológi–
cas), una vez con un río, otra vez con un camino. Se entiende que aun
cuando nosotros decimos: comparada, el hombre primitivo veía en esa
formación cósmica, un río respectivamente un camino real y verdadero, .
ubicado en el cielo.
La identificación: Vía láctea=== río celestial, está ,comprobada por un
párrafo del padre Cobo, en el cual describe al dios de la Tormenta. Es
éste ina constelación llamada
Hciiwha
(«el hombre furioso»), «vestido
de lucidas ropas, las cuales daban aquel resplandor del relámpago cuan–
do se revolvia para tirar la honda; y que el estallido della causaba lo
truenos, los cuales daba cuando queria que cayese el agua. Decían más,
que por medio del cielo atravesaba un río muy grande, el cual señalaban
ser aquella cinta blanca que vemos desde acá abajo, llamada Via
lact.ea...
Deste rio, pues, tenia.n creido tomaba el agua que derramaba sobre la
tierra» (Oobo,
III,
p.
331;
ver p.
143
de nuestro trabajo). La calabaza
que le servía para este
fin~
también se ve en el cielo, por lo menos opi–
namos que
yacitpiirit)
tiombre de «una nebulosa que está al sud: ... que
se obscurece cuan<lo va a llover»
y
que se traduce con : calabaza para
acar agua, se refiere a aquel utensilio indispen able..; en la misma opor–
tunidad hemos emitido la hipótesis que ella ha de ser la Nube Maga–
]lánica, tal vez la grande; en el supuesto caso de qne
Hcmchct
usara dos
calabazas de esta categoría, cada una de la do. ubes :M:agalláni.ca.s ha
le llamarse
ycwitpiiru.
Los diccionarios del idioma quichua no indican para la Vía láctea la
palabra
1nayi¿
(río) o la forma más amplia:
hanac pacha mayi"
(río celes–
tial), pero he podido comprobar, gracias a una comunicación epistolar
del señor Ramón Carrillo, fecha septiembre 30 de
1918,
que
hoy
en día,
en la provincia argentina de Santiago del E tero, donde la lengua qui–
chua tiene una de us proliferaciones más australes, la Vía láctea es
I
conocida bajo el nombre:
mayit.
No dudo que averiguando el asunto en
el mismo Perú y en el Ecuador, también ha de (tncontrarse esta acep–
ción de la palabra
niayit.
Opinamos, asimismo, que
mciyu
es abreviación
del término más completo
hanac pcwha mayit,
quiere decir: el río celes–
tial
{hanac pacha.,
significa: la tierra de arriba, es decir, el cielo); por
lo menos la segunda ·interpretación de la Vía, como camino (ver algo
más adelante), siempre
est~
mencionada en la variante completa:
hana.c
?
pacha 1ían)
que dice: el camino celestial.