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parece uficiente que la fertilidad auquídea e taba repre en

a.da

por la

hembra de la raza salvaje de aquello animale.s, tan impre cindible"

para la vida económica de lo antiguos peruanos. Realmente, no había

necesidad agregar a la madre astral de las llama , en el lado opue to

su compañero macho

Trataremos ahora en conjunto

todo~

aquello párrafo que

~e

refieren

a la

con~telaciones

de la «Llama macho

»

y de la «Llama madre con u

corderito». Sólo a

í

es po ible comprender en todos u detalles la

leyenda

catachillay,

pue ta por Pachacu i al lado de una estrella.

Las constelaciones de la

«

Llania silvestre ?nacho

»

y de lci

«

Llarna silvestre

he·mbra con

su

co1·derito

»

El relato má amplio obre esta. dos con telaciones debemos al padre

Oobo quien escribe (III, pp. 329-330):

«Todos lo pa tores re8petaban

y

hacfr.,n sacrificios a la [estrella]

llamad~

de los astrólogo Lira., que e1lo nombraban

Dr01whillay,

la

cual decían que era nn carnero de mucho colores que entendía en la

conservación del ganado;

y

a otra do pequeñas que tenía debajo a

manera de T, decían er los pies y la cabeza; y estos también hacían

veneración a otra que anda cerca dé ta

y

la llaman

Oatachilla,y)

que

también es algo grande,

y

a otra más pequeña que anda junto a ella;

la cuale fingían que era una llama con su cordero que procedía

1

del

Urcuchillay.

»

Este relato menciona, de manera clara e inequivocada,

tres

conste–

laciones, a saber: el llama-macho («carnero», en el lenguaje de la

época); la llama-hembra,

y

la llama-cordero. Oobo denomina solamente

la dos primera con telacione , pero e de nponer que también la lla–

ma-cordero haya tenido nombre propio. E tos do nombres se traducen,

como se verá má adelante, con llama (sil ve tre) macho,

y

llama ( ilve tre)

hembra, respectivamente; corre ponden entonce perfectamente a la.

indicaciones de nuestros cron i ta .

En frente del relato claro

y

preciso del padre Cobo, los párrafos de

los demás autore. on in nficientes

y

a vece algo confuso ,

I

ero lo

citaremo para disipar, al mi mo tiempo, cualquiera duda que pueda

re ucitar.

Polo de Ondegardo e cribe (pp. 3-4): «Atribuían a diver.; as estrellas

diverso oficio . Y a

í

lo ovrjeros hacían veneración

y

sacrificio a una

e t.rella que ellos llaman

Uroiwh

·nay

que lieen es un carnero de mu–

cho colores, el cual entiend en la con ervación del ganado,

y

e en-

(J

et

En el ori o·inal :

«

procecl\an », pero debe er «procedía » puesto que sólo el cor-

dero era producto del

Urciwhmay.