Previous Page  171 / 206 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 171 / 206 Next Page
Page Background

EN LA TIBR RA DE LOS INCAS

143

---------------------

---------------------------

tament.e In sujetó con todas sus fuerzas por las orejas im–

pidiendo

a~í

que forcejeara

y

se matara,

y

mientras tanto

nosot.ro:

-; la de. ..;carA"amo:-:. Un paso más

y

la mula, se ha–

brí

a perdido irremediablemente.

No fné con poca !Satisfacción que Yimos pasar la última

de

)aA

mnlas·y reanudamo:-:

nn«:

>stra ascensión. El túnel era

f\spatioso, de dJRciéntas a t.re,.;ciPrrtas varas dE> largo, con

aberturas hacia el pt·ecipicio · para la entrada tlel aire y de

la lnz. A través de esta:-: vislumbrát:am0s las grandiosas

montañtH~

del otro la

el

o del ea iión

y

escuchábamos la voz

1·onca

y

tétrica del río.

, o

r;;;é

hasta qué punto pueda este

túnel. !'er· atribuído a los Iu!!as, pem estoy seguro de que el

puente que Pilos construyeron soure el Apnrimac ocupaba

el mi:,;mo sitio que el actual.

Em¡.¡leamos dos horas en

ar;;;cend~r

la cuesta para llegat·

a la llanma circundada de montañas en que se encuentra la

población despa nn macla de Curahuasi, una aldea bien irri–

gada, perdida en t re

:.~rbol es

y matorrales.

A

~esar

de que

:-:e rmf'uentra a

tjná

de 8

0 00

pies sobre el nivel del mar,

notamos variar;; campo

caña de azúcar cerca del pueblo.

No teníamos reéO!llend ci nes para Curahuasi

y

nos enca–

minamoi" directamerr

~ a

la casa de posta, una choza escuá–

lida, sin más que do. c-n fntos, uno de los cuales era a la vez

(:ocina

y

dormi orio compa rtido po¡· ig

ual p

or la familia,

lo~ perr(¡ ~,

las galliuas

~,

los cuyes.

El

f1t.ro

cuarto, desti–

nado a los lruPspedes. tenía por todo mueble una mesa des–

tarladada y

Hll

pii"o de tierra estaba cubierto por trastos

de toda c:lase t->npolvados

y

t-epugnantes dejando ver que no

había sidc ocnpa•lo destie hace mucho tiempo .

. 'nestro:-: lwmbrf!s despejaron el espacio suficiente para

nuestras

Cii.lllH

s

.Y

aq ui

e~peramos

la lleg·ada de H. No nos

sorprendió que ann no hubiera llegado a la posta pue¡:;:to

que era temprano

tod~víay

también porque pudo haber

encontrado un mPjor alojamiento en el pueblo. Así es que

nos pusimof' a

('a)]p_ip:u

preguntanrlo por él a todo el mun–

do, pero nadie lo hAbía visto. Vino la noclw. encendimos

nne:-;trn última v1>la y lo

eF:pt->r-nnw~

sin cuidado, turnándo–

nos Pn la call<->.

YA

t>ra már-: de media. noche cuando perdi–

mos la esper·¡:¡nza de r;;;n anibo

y

nos

retiramo~

a dormir con

la t<Pgul'idad de

Tt>rlo

t~mprnno

el

día sip;uit>nte. Hacia el

amar.ecer, pet·o todavía a ob1:'curas, fuímos alarmados por

fuer tes golpes

~n

la puerta. Suponiendo que

fueran de

mw:-:t.:-o compañero aúsente, me levanté rápidamente, en–

cendí una lm;

.Y

quit~

la tra11ca de la puerta, cuando entró

¡a

ruá.s ext1·aña figurn qu e ví en tui vida. Era la de un hom- .