EN LA
1'I1~ RRA
DF. LOS TN_C:::._A:::._S::____
~------1-39
y
f-'! pnPnte se mece como nna gigantesca hamaca siendo
ca.,..:i intposible
pa~a
rio (
1)
FuP un
in<! iclt>nte 1111-'lll<>i·ablf>
t=>n
111Ís
experiencias
'dE'
via–
je, el JH1so df-'1
g-r·an put"nte
calg:nnte del Apul'imac. Nunca
podría
oldrlnrlo '
;nmqnt>
no f-':;tu·;ipra asocindo
a
una cir–
(·unstanda qne
pot·
elltonces me produjo mucha pena
é
inquietud.
·
·
El
puent~
ele
Apurimac es
famn~o
(:>11
tndo
el
Perú
y
to–
dos
lo~
que
lo habían pasado
eon~ernthan
recbei'dos temí"
b !Ps: cómo
la
fr·ág:il
e:-:trnctura
oscilaban
una altura ver–
tiginosa
1-'11
mt•dio de p:ig·antPscus prP<!ipicioR sobre un abis–
mo
obscuro UP110 dPI r·ngido p¡·ofnndo
.Y
r·•mco
del
t'Ío;
cómo
:o:e entpa.ñaban
~us
ojos; eúmo
desfnll~·cía
su roraY.6n
y
tem–
blahHn
SUS
pi~rnns.
f>ll
tantn
que p11¡.!'11aUi111 para pasarlO SÍll
atr... ,·..
r~e
n
n>lvf-'r
la
min1cla
a
11110
ni a
otr·o lado.
El camino
al
puPntP et·a
pre<~ ipitosu
y
:r,ig:za.gueante
y
ba,iaba
por el ftan<'o rnfi,s
e111pi1tado
del
cerro
de La.
Bt:t.HCa
de Lloude
JHIJ'et·P H.pena!' :tna
~enria
para calH·as. Era· una
sucesi6n
ele
abr·nptos zigr.ags
q1~ e
alternaban aquí
y
acullá
con
l111
t•·echo
el
.
f'ncl a
boriz<~ntal.
Pn.1'a. ver
uuestra
ca.–
halg-ata
em.
p1'Pi"i~
111 i r·n · nn·iba o
aba.,io, no adelante o
a
tl'~.s.
Era. como deseen lf-'1'
la¡~
Pspi
1'11:-:
de un tirabuzón a–
plana<lo. En ciertos sitios h1s rocas :o:ohresalen de talma–
nerfl
qn~>
·ps
tlP<·~s
rio
·1-g-;
ch~r:-:f'
t-:obr'l-'
el
Hrzón
de la silla
para
pFI~ar·
po i!Pba,io dP
t>llm;. o
carg-ar· el peso
del
cuerpo
sobre el
e~tt·iho
hncia.
t>l
•l<'{·li,·e df-' la montaña para evitar
un
r•hoque.
1.<'"'
sitio:;:
111fi"'
J>Piigr·osos.
no
obstante, eran
aquellos {)nnde
h."
bían oe mTitl<'
denurnbes
y
en los que era
impoj'::\ble
const
t·uir
unfl, send11
CJ11f'
110
fuera. susceptible de
ceder en
c~mlquiet
momeuto
ll<~.io
los pies de
nuestros
an·i-
(1)
l\I r. Blngh:nn empiezn así el pr imer <'a pitnln
o
e su excelente
libro Inca Land:
•·r
n amigo mio en
Boll\'i:~.
fHlS••
~n
mis manos un
t~j e mplar
de
J:a
interesantisinta obra del tinado George Squier, titu–
l ada, ''Pe rú''. "Incidentes d e Viaje
y
~¡xp
1
nradón
en la Tierra. de los
Incas" . En ese volumen lmv un
m~ra\'illoso
dibujo del valle del
Apurimac. En el primer plano se 1·e
tlll
frá~il
puente colgante que
-comi enza en un tl'inel del precipit<oso '<IC'antilad<·
y
se extiende en el
-a.ire a
~ran
1\ltura s obre las ag-ua!' a rrem(llinadas de el '·gran habla-
or" . En el fondo
y
a gran distancia. atalftyando enormes monta–
fí as se destaca un magnifico pico nevado .
¡.;¡
deseo
d~
ver el Apuri–
m ac
y
de experimentar el estremec imiento del paso del puente deci–
d ieron mi viaje a Lima' '
"Ü<fmo una consecuenc ia pasé al Cuzc.o. antigua capital del pode–
r oso lmJ,>erio de los Incas, y fui invitado . por las autoridades
vara visitar algunas ruiuas incaicas recientemente redescu–
h iertas. Como recordarán los lect o res de " A t raYés de Sud Améri–
ca.", estas ruinas eran las de Ohoqquequira u•· .- s . del T.