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EXPLORACION E IN UI OEN'l'ES DE VIAJE
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y
la
cu l'io~a
eapi lh q .¡.., o upaL>a una esquina.
d<•l,
patio
nun ~
ca dejaba de abril'
Sli:Húst.icn:::
lJIIt~ rtas
a llora.s tijas para que
los humildPs
d t> pP ndit•nt~Js
rez1uan ante el altHI' mal alum–
QI'I'
l.do¡ww
e<:ls tizo qne cont l:'nía los síwbolos
c.lesn fé.
Pul' snpnes to, la.:. mnla:-> pr·ometidas por el ayndante
d~
la casa de posta de
La
BH.nca no .l ¡>il.J'P.Cierun en la ruañana ,
y
r·esolvimos qne los ingetJi er•>:-; .1t:ilizaran el retanlo inevi–
table para examinar un
1.mntü
~ob re
el Apurimae qne·· ,e de–
·Cía a¡.>I·opiado para la const.m eci(m de· uu puente. al que se
podía. llegar de
la
hacienda , eu tanto c¡ue yo vol vie..a a La
Banca, armado de lol-5 oficios del Gobiemo, a cou:seguir mu-
las para. los días siguientes.
.
H ....
nuestro artista, fué con los ingenieros. En· el Cuzr·o
creía él que no sería capaz de pasar el gran puente colg-ante
del Apurimac
y
las historias extravagantes que allí
oyí.
acerca
de
las diticultades
y
peligro::; de la tr·a vesía, excitaron
a tal punto su aprensión, que desde entonces c.lecla r·ó su
phi–
pósito de no intentarlo siqui11 ra. E
1
vann le iii:-Hanws a qut>
esperase llega a ue.ute <u .tes de 1ul ptt.<Ur una :-;( lt H· i6n tan
decisiva, mo ·tirándol que eHaR re-ferencias
-Pnlll :-:111
duda
exag:era<!las.
J
)U
s a ditlculta!l, como I\liiCha:s ot.ra.s qué
nos habían atemorizauo, desapaireeería
prol.ml>lern<>nte. en
cuanto la afrontásemos. Pe1·o él se
af~nó
a sn proi'ósito
y
dijo que s · n.o podía pasar el río a nado
IJOI'
Huayuar·ina,
no seguiría adelante. Para cerciorari-le al:Otnp:r ñó a los via–
jeros en su expedreión.
Despuf\~
dA una deset>tt::"i(Hr lar·g:a
y
difícil, pasando por un risco de Ral de diversos culore:s. la
partida llegó al río Apnrimac, a un sitio donde la q ueL>ra–
da por la quE' corre se ensancha un poco deparando un an–
gosto espacio cubierto de
~actus
espinosos
.Y
acaeias ueha–
parradas, cálido como un horno
y
enjambmdo de mosqui–
tos. El río estaba bajo , y C. lo pasó a nado siu
dificultad.Ue..
vando una cuerda para medir su ancho. El pueblo de Cu.
rahuasi. al otro lado del río encaramado a alguno" miles
c.lepies de altura
y
distante apenas tres rJ.Jillas, se veía de este
punto. Fácil le hubiera sido a
B ... ..
pasa¡· el río con
la ayuda. de sus compañeros
y
llegar sin mucho esfue¡·zo a
Cu1·ahuasi a,ntes del anochecer, donde le hubiéramos encon–
trado al día siguiente. Pero por- alg·nna raz6n inexplicable
no lo hizo
y
volvió con la partida a la hacienda. '
~ntretanto
mi visita a La Banca,
fué
irritante. Todos
allí estaban
borra~hos,
como en los días ant-erio.res. y, como
de costumbre, eldependiente de la casa de posta fué inco–
hel'ente
y
no pude obtener de él ningnna información ni pro–
mesa alguna. Sus o jos
dt::
imbécil brillaron un momento