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l!' XPLORACION E INCIDF:NTES DE: VIAJE
experimenta una sensación se)Jlf'JI'lnte a la de un hombre en–
caramado sourP, el techo empinado de una cu::su..
l'inPstras
bestias apenas <·abían en el co1ral de la lasaJe postas. El jefe;
de ella estaba en Mollepata engrosando las tila::s de Jos borra·
chos·enesaaldea
y
su e11carg-atto,cuyos
atractivosper~'>OIIal"'::s.
no eran, por derto, eualteci<los por uu <::·11orn1e bo(;io, p,,-;taba
f!ll
un estado· de t.orpe embriaguez. A todas
llUeStl'US (Jl'e–
gunta!:' re::;pondía. insistiendo en que bebiéramos uu va:-;o
de ~
chicha ·turbia, la cual, a lo que pudimos comprender, era.
'·muy buena"
porque e:-;taba heclli:Lc0n los frutol:i del úrbol
del molle. Los demás habitantes de La Bam:a qnP erau mn_r,
pocos estaban f'll ·Jas mismas condicioue:-; que el cle¡.¡eudiPntP.
de la casa ele postas. hombres
y
mujeres, sin que' le.; falte Pl ·
bocio (ccoto) ,
c·on
e:Xrepción de una vieja quiPn nos
acoJJs~·jó
qt~e
no
nO!'
detuv.ié.ramos allí, do11de 110 había nnda pan.1. nu,..,
otros ni para nue,.;trus
<LllÍIIIale~,
u no ::;er cllicilü uc la peor
caliL1a.d ,
y
qne
d1~biénunos
ir a la hacienda.
Nos
esfo ~zavnos
conseguí'!.· del suo[eutp del jefe de pos-
tas (qnién seg úu la
le
está oblig·aclo a teuet·
IUltlü.~
::;iel1lpl·e
lista::;; a\g1'nas
'b
' tJas para. eonti11Uar llut'stl'o viajP
y
IP
pl'esentamos las órdenes ite nnina,nte:-; del Gobierno en nn e::;:-'
t-ro favor. Pero él de::;deñ6
vPrla~,
y
con e-.:e JlílPilospreci<• d ... J
Uobit>rno qnP es nniveJ'!:<al en él l'erú, excepto cnandó
~u
au–
torid ~Hl
se hace visiule en fonmr de fuerza ar111ada, no,.; en-,
,·ió al dial:llo. v tambulPándu.'P
:-:€
aHó hacia su chozt1. don–
de un par
dé·
cueros suctus de oveja
1~ s~níau
de c:<Lillu..
Nos YÍI110S ouligados a eontemporiz¡U', tinn.llllell1P. con
In.
oferta de p:1g·o doble convino en enviarnos a la hade11da.
al amanecer del día sig·uientt., la:-; Inulas de earg:<l.
oece~a-·
rias.
'
Con esta
~egnl'idad, de~ent-rañadn
d'e
la& incohen'neias
de aquf:l sujeto, no·s dirijimos a Bl"llavista sig:t1iendo los
ba.ncos
de
la
acequia,
orillada de sanees en la nwynr pal'te
<le st;t
ext~ll~i(lll .
Estos árboles, fllimenta.L1os por el agnn, •
liabían echado
1-aíces
pi'OfnnJas
y
formaban el ::;o:o:tén prill–
(•ipal del
tPnaplén el e la
a.cequic1,
en sitios
1~11
que parecí¡:¡,
it11po~ible
hace t· pasat· un acuedtH:to a
r.o ::;ersobre muros
de catitel'Ía altos
y
costosos.
·Una C
<lmina.tarápida de una
hora nos
conduj~
a Bellavist.a, una.
construcrión grande,
baja, alrededor de un patio cuadrang·ular con uua ::;ola por–
tada aricha
y
sólida,
y
.que co111prendía los departamentos.
de la.familia, la cápilla, los establ<TJs
y
las oficinas del estA.–
blecimiento, sierido él núcleo de una aldea co
nsiderable de
chozas de aélohe
y
carrizo habitadas por lo·s o
brer.osde la
hacienda.
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