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TNCJDENTES DE VIAJE
elevadas montañas que escalar, grande,; ríos que cruzar,_
y
más a ll á la:; aguas casi sin fin de Jüs océanos que me sepa-
raban del patrio suelo.
·
.
Auuque la
maña.naera hermosa
y
diáfana no pudimos
partir autes de las doce. Fuímos fl,compañados, hasta la
d istancia de una legua por un
á
gran cabalgata de arnigos,
quienes nos desearon un buen viu je. Llevaron éstos una g ran
p rovisión de cerYeza con la cual a lgunos de ell os se excita–
ron tant o que fué sin pena que me des pedí de ell os
y
comen–
zamos nuestra jornada con verdaJé1'a seriedad:
Además de -H iban conmigo
D
y
·C,
ingenieros a l servi–
cio del g·obierno que regresaban a Lima. Antes de salir del
Cuzco el CO J'onel Va 1-gas nos propoi'cion
ó
para mí
y
para
D
dos excelentes caballos escogidos de ent re los suyos. l<;ran
preciados por habe1lhecho ya dof'l veces el viaje difícil
y
peno–
so a la
Cost~a,
expe riencia aniesgada para bestias crin das
en la Sierra. El mío era un bayo obscuro con manchas
blancas e la espalda, a manera de copos de nievn.
y
Sé'
ll a–
maba por ello·· El Nevado" . Era
u11
ttnimal genti l, inteli–
gente
y
fu f rto, al cual quedé p1·ofnndannente apegado . El
otro era tord ·no no ta n
man~ c:> ,
¡De
ro
de
igual res istencia,
llamado po algw n capri cho "Napoleón' '. Ambos eran de
igual pr:ocedeneia, insP1mra bles est1aJ11do en liber t ad
y
des–
gr-aeiados con a
e
aración . i\ii maravilloso rifle de
ret.ro–carga que e......-:e it ó el a somb>m
J"
la
<-xrlmiración de t odo el Perú ,
tenía que ser enviado a l coronel Vargas a mi llegada a
Liu1a.
~
Por cuatro legnas el camino pFtsa por un vall e pequeño
que cunduce a la Pa1npa de Anta La población de P.ste
nombre e::;tá sobra un cerro o promonliorio que se proyeeta
hacia la lla.nura., la cual es baja. ancha
y
en n lg·unas pa l'tes
cenag·osa. Fué en esta llanura, lla111ada tambi én Xa Xa yne
AlmagTo el joven fué derro tado, hecho prisionero
y
_ense–
g uida conducido al Cuzco para ser E>jeC' utado en la plaza
mayor
(1)
Al mediodía ll egamos a Surite, a trf'!s legnas
de Anta, sobre la llanura
y
fmco n tl'amos al jE>fe
dP
la posta,
borracho
y
de mal humor,
y
aunqu e est ábamos acompaña –
dos por un mensajero espec ia l del 1-'ubprefecto,
na.dapudi–
mos conseguir de él. Dejamos a D
y
a C. con los muchachos
i
con Hnos adelantamos a LimataJf\bO pam examina r las
ruinas del luga r mientras llegaran los otros.
En la di\' isoria de las agun s que van al Vileanota de
las que van al '\.purimac, se contem¡Jla un magnífico pano-
(1) Véase la nota de la página 45.-N. del T . ·