Hugo reía con toda su alma.
-Bueno .... Te solazarás.
por gruñón.
Mientras hablaba
e vestía.
Ya medio vestido, cubrióse el
"sweater'' de lana marrón. salió al
-Antonio! Antonio!
PI,ATA Y
BRO~
E
Aunque no !o mereces
Hugo igualmente.
busto con un holgado
corredor
y
llamó:
l.;
na voz hombruna resonó en el interior:
-Y
a voy patrón !
Inmediatamente asomó el mayordomo. Genuflexio–
nes y reverenc1as.
-Cómo ha amanecido pes su mercé? Durmió bien
ni–
_,?
no.
:Raúl le
Le preguntó
Luego:
golpeaba ruido amente las anchas espaldas.
solícito por cada miembro de su
familia.
-. ntonio. entra!
En el aposento .\ntonio reparó en Hugo que se halla–
ba enfrascado en
u toilette matinal, y le saludó con res–
peto.
-Es mi primo-advirtió Raúl.
-Para servirle mi niño. . ntonio Ci fuentes para lo
que guste mandarme.
Y
le extendía la diestra callosa y
viril que Hugo apretó con efusión en la suya transparen–
te
y
floja de señorito libertino.
-Mira Antonio. vas a irte al pl'ieblo y allí dices a la
Rita Antúnez y a la hermana que se vengan a la Rama,
que yo les invito,
y
que le traigan con cualquier pretexto a
la maestra de escuela que ahora es nueva, recién venida.
Que no se vengan
in ella .... Llévales caballos
y
no aso–
mes por aquí
SI 110
las traes.