Table of Contents Table of Contents
Previous Page  113 / 334 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 113 / 334 Next Page
Page Background

PLATA Y BRONCE

desprovista ele interés.

t siquiera la charla ele cotorra

de Rita. Antúnez le prestaba animación.

Incluclablemente, los adversarios se medían en silen–

cio y en él probaban la fuerza de sus armas. La maestri–

ta era demasiado educada y demasiado vivaracha en opi–

nión de Hugo. Este. un poco descarado y con menos

distinción que Raúl, para el modo de apreciar ele Celina.

Por hablar, Hugo pronunció:

-Celita. cuántos días hace que usted ha venido a vi–

vtr en Torrebaja?

Otra vez se sorprendió Celina Estrella de que aque–

llos jóvenes la tratasen con tanta falta de miramiento a–

penas la conocían. No obstante, repuso:

-Poco tiempo, señor. Un mes a lo más.

-Si, porque yo no he oído nombrarla sino el clomiu-

go pasado que fui al pueblo-intervino Raúl.

Y le gusta esta tierra? Está contenta en ella?

-Si, .señor de Covaclonga. Es agradable la tierra.

Se disfruta ele paisajes tan Tinelos que una no puede me–

nos que amar a estos parajes, y luego, sus habitantes son

muy buenos.

-Porque no los conoce sino ele un mes , dice usted eso

--obse:rvó Raúl. Ojalá el tiempo. encantadora Celina,

no se tome la tarea poco galante de contradecirla.

-Quizá tal no suceda-replicó entre rubores y un

precioso mohín la maestrita.

~-on

malos los del pueblo. Pero. en toda ocasión,

cuente conmigo. Para servirla he buscado su amistad.

-Gracias. Usted es muy gen61, murniuró fingién–

dose anonadada.

107