Table of Contents Table of Contents
Previous Page  112 / 334 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 112 / 334 Next Page
Page Background

FER:\"A:\"DO CHAVES

Rugo remiraba a la maestrita temblando de codicia.

Realmente era una helllbra soberbia. Bocadito primaveral

y

delicioso. muy distinto de las crasas redondeces matroni–

les ele las cholas y de las formas quizá demasiade robus–

tas ele las indias tercas e insensibles. Se regodeaba con

el perfume ele la conquista que ya imaginaba segura.

¿

Có–

mo resistiría esa débil criatura la tentación del oro y las

mentidas promesas que sus labios hábiles sabrían deslizar

con oportunidad diabólica en las orejitas sonrosadas y me–

nudas?

-'Usted, me dispensará Celina-dijo RaúL como sin

darse cuenta del sobresalto de la chiquilla al sentirse sú–

bitamente tratada con tanta familiaridad. He mand.ado

a im·itarla porque quiero que conozca la hacienda que; des–

ele hoy. está a sus órdenes. Asista a los toros de esta tarde.

Venga a pasear cuando desee.

Calló la chiquilla. Hizo con la cabeza un vago movi–

miento ele aceptación. Su instinto sutil de hembra adi–

. vinó en la llamada una insidia

y

un peligro. Reaccionó

sinembargo,

y

despreciando el abismo qrie hervía a sus

pies. habló sonriente y decidida:

-Gracias, sei1or ele Covadonga. La hacienda es pn–

mor sa y ha sido un júbilo mío conocerla.

Los labios ele Hugo, resecos, . eran humedecidos por

la lengua cautelosamente. Deleitábase con la viveza

9e

la maestrita. con su desenvoltura que él creía desparpajo

y

se complacía en forjar posteriores instantes felices pro–

porcio!'taclos por los encantos múltiples de esa muchacha

que a su lado, brindábasele maniatada y hermosa.

Como ror un mutuo recelo la conversación se enfrió,

106