-12-
entraron hasta el confín de América, otros 1hombres de varias ·razas
y · en difer.entes épocas, como lo ·prueiban 1as antigüedaides de Co–
rrientes, República Oriental, Provincia de Buenos Aires y Patago–
nia".
Don Francisco Moreno era categórico. Muc:ho habría que decir
todavía acerca de sus afirmaciones rotundas del año
1890.
Hoy como
entonces, sería ·dificultoso pro:bar que los pueiblos del Sud..iOeste de
los Estados Unidos "trajeron su industria
y
sus costumbres hasta
Patagonia", ni ha demostrado la cronología "con toda evidencia" que
a la República Argentina "llegaron hombres de Norte América".
Eran teorías de la época, mantenidas en suspenso como tantas otras,
por falta de solidez.
~
Quizás asignara su autor importancia inmediata a los resulta–
dos
alcanzai~os,
c:on el objeto de dar fé a .Jos demás. .Sus colaboradores
no fueron tan enfáticos felizmente; describieron lo que vieron, lla–
maron sus juicios, conjeturas,
y
no salvaron sin relatividad verbal,
el trecho que separa las hipótesis de las certidumbres.
El pri er est udio de impo tancia
ertenece~
salvo omisión po–
sible, a don Samuel Lafone Quevedo (5). En Ghañar-Yaco, pequeña
localidad de la
rovincia de Catamarca, situada a algunos kilómetros
de distancia del
uerte de An<lalgalá (6) halló en cinco huacas exca–
vadas: pucoa, ollas, vaso
y
tejas que comparó con la alfarería de los
valles calchaquies, analizando esas piezas cuya singularidad decora-
, tiva esencial definió, calificándola de draconiana, por haber descu–
·bierto en ellas la repetición ·de una representación felina estilizada,
mitad serpentiforme, mitad humana, que impropiamente, a nuestro
entender, consideró un "dragón". No intentó clasificarla en el tiem–
po, ni atribuirle un ori1gen determinado, pero dis cernió en ella, revela–
ciones de antigüedad pre-colombiana, muy remota, "probablemente
correspondiente a la misma raza que construyó las leguas de fortale–
zas y pircas que abundan en todo el país
y
que de ninguna manera
pueden atribuirse a los moradores en ranchos
y
toldos de quincha
y
tumbadillo que hallaron .Jos españoles cu.ando entraron en
~l
Tu–
cumán".
(5) Entre
1889
y
18g1
el Museo confib a don
Adolfo Methfessel una exploracibn en Cata·
marca, la que suministrb una segular coleccibn
de objetos que fueron catalogados
y
analiza-
dos años después.
(6) Véase
"Catálogo d·escriptivo e
i lustra–
do de las huacas de Chañar-Yaco". R. M. L. P.,
Tomo III, año 1892.