-9-
cia. P.ra.cticárons·e excavaciones metódicas, y la materia prima ;proli–
jamente aql)ilatada, ha permitido diferenciar .las di.ases de cerá–
mica, determinar los motivos deco.rativos esenciales y descubrir la
influencia de culturas extrañas•, iprincipalmente perua.nas, en los
rastros .de .Jos primitivos indígenas. Pero los esfuerzos de los in–
ve1:1tigadores suelen concentrarse en los puntos de menor resisten–
ciia, y cuando el conocimiento lo han die ,buscar en el fondo de la
tierra, natural es que. comiencen donde ·sobran señales de que su la–
bor no ha de frustrarse. De ahí se deduce que las civilizaciones más
pronto conocidas son las que se sobreviven a sí mismas en los restos
visibles
de sus pasadas grandezas. Por ejemplo: el gran Chimú, Pa–
chacamac, Cuzco, Tiahuanaco. Dentro de cierta relatividad es apli–
cable esta misma ley al Tucumán. Las provincia.s de Jujuy, Salta, Ca–
tamarca, la parte montañosa de Tucumán, La Rioja, San Juan, osten–
tan en las cimas de sus cerros y en sus va lles, imponent es ruinas
.prehistóricas, fortalezas , necrópolis, paredones, caseríos menhires,
petroglifos, etc., ·es .dooir : señales de cultura.
F1áciJ
era inferir que a
lo 'Viisible se añadir' a e vando, lo que las se¡pulturas esconden. Así ha
s1do, y el medio fí sico, las ar es y los restos de oblaciones e industrias
de las triibus d:e esas r egfones 'han suscitado numerosos estudios de
arqueólogos, mientras as provi cías de j• ríes y comec'hingones que
formaron parte del mismo Tucumán, han 1qued·ado uy atrás en punto
a conocimientos, sin duda .por falta de vestigios para orientar los tra–
bajos iniciales. (3) .
Es
el
propósito de este capítulo resumir los resultados ·principa–
les
a'1canz~dos
por la ciencia en la e:xip.Joración de la antiquísima
viida primitiva de los "diaguitas". Es menester usar ese vocablo como
una denominación etno-geográfica momentánea, sujeta a revisión
posterior, pues se aplica hoy indistintamente ·a los indígenas que nos
dejaron la alfarería "draconiana", la, "santamariana", la " f uneraria"
de l:a Poma, la de Tiilcara,
la
que ostenta analogías· cO'Il Tiahuanaco, la
que revel:a la inifluencia incaica y muchas otra:s de las ·provincias andi–
nas, Nuestros saibios sostienen que hubieron varias culturas en ese ex–
tensÍiSimo t erritorio y desconfían de que los r estos hallados sean dé los
mismos indios "diaguit as" con quienes toparon los conquistaid01·es.
(3) Véase F. Outes: "Los tiempos prehistó·
ricos y protohistóricos en la provincia de Cór·
dobal". Buenos Aires,
19n.
Francisco de Apari·
cío· " I nvestigaciones arqueológicas en la región
serrana de la provi ncia de Córdoba", Buenos
Aires,
1925.
G.
A.
Gardner: "El uso de tejidos
en la fabricación de
'1a
alfarería prehispánica
en la provincia de Córdoba" Revista del Mu·
se9 de La P lata, Tomo XXIV, año
1919
(más
adelante:
R.
M. L. P.)