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Al despeñar así a •sus her.manos de la co-sta y de la sieflra, que
no perteneciesen al aylfo, hasta el basural de J.a es¡pecie humana, le
era luego tarea fácil a Garcilaso, encumbrar a sus p·arientes. Sin
esfuerzo se agigantó la estatura de los progenitores, so'brie el nivel
miserable por él sabiamente preparado.
Parodiando el Génesis bíoblico, sitúa al legendario Manco..Cá–
pac en el ,borde de esa época de caos, en .postura de Creador. E·l esta–
blece el orden moral, como Dios colocó el sol en el cielo y echó
~l
mundo
a Todar sin choques ni discordancias: Una frase cliara puntualiza
su concepto: "Viviendo o muriendo aquellas gentes que hemos visto,
permiitió Dios Nuestro Señor que dellos mismos saliese un Lucero del
Alba que en aquellas oscurísimas tinieblas les di'0Se al1guna noticia
de la Ley Natural y de la Uribanidad
y
Res.peto que los hombres de–
bían tener unos ·a otros y que los descendientes de aquel !Procediendo
de ibien en mejor, cultivasen aquelila-s fieras y
J.asconvi;rtisen en Hom–
bres haciéndoles capaces
pe
razón y de !qualquiera buena doctrina..."
Esa misma misión providencial que la fábula hábilmente
~nterpre
tad1a atriibuye a
anico-Oápac, tiene Garcilaso la estupenda audacia
de trasladarla a la r aza incaica. Sobre .esa base se desenvuelve el im–
perlalismo
omo
una consecuencia feliz. Los incas, según él, no gue–
rreaban-eon el "Único fin de extender sus dominios, de señorear el mayor
#
número de naciones o por vani·dad personal y codicia. Lejos de eso,
con . un desinterés desconocido en la historia primitiva de la humani-
'
dad
y
con una altura moral digna de los primeros mártires cristia-
noo "nunca •hicieron Guerra sino movidos por alguna raQC>n que les
parescia ibastanite, ·corno ·era la necesidad que los Bávbaros tenían de
que los redugesen a Vida Humana
y
Política". En ibuena cuenta, lle–
vaban a la muerte a mi
1
les de seres por celo apostólico y ¡puros afanes
p·eidagógicos. . . . . . . Ein su apaisfonado panegírico nos ofrece Gar–
cilaso la oposición de dos falsedades: por un liado, los incas diviniza–
dos, erigidos en .precursores de San Franciseo Solano o San Vicente
de Paúl,
y
a sus pies l·as sociedades costeñas y serranas, ca·ricatu–
rizadas como conglomerado caótico de fieras y monos.
otros..... E n otras partes vivían sin Señores
que los mandasen, ni governasen, ni ellos su–
pieron hacer repúblicas de suyo . ... . para dar
orden
y
concierto en
su vivir: vivían como
ovejas en
toda simplicidad, sin hacerles mal
ni )>ien; y esto era más por ignorancia y
fa!-
ta de malicia que por sobra de virtud.... . E n
la manera del vestirse y cubrir sus carnes
fueron en muchas Provincias
los I ndios,
tan
simples y
torpes que causa r isa el traje de·
1
llos"
(pág.
15).