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regalados y bien tratados que los demás, cuanto su amor y buena
voluntad lo merecían mejor que los que venían por fuerza (19).
El hecho es verosímil como apariencia de acto diplomático,
pero cuesta cTeer que indígenas tan valerosos como los ·del Tucumán,
enajenasen su soberanía por reflexiva adhesión a una potencia ex–
traña, por grandes que fuesen las capacidades administrativas y so–
ciales de ésta. Lo probable es que estando en OharC'as, a poca
distancia de los diaguitas, y resuelto a conquistarlos de bmm o mal
grado,. enviase el Inca emisarios para insinuarles una pronta sumi–
sión, advirtiéndoles que les sojuzgarían si rechazasen tal honor. Era
ya conocido entonces, sin duda, el derecho del más civilizado! Entre
la rdominación .pacífica y la lucha desigual, prefirieron los tucuma-
*
nos la comedia y .presentaron como acto es·pontáneo una actitud im-
puesta por la fuerza. Los términos mismos del discurso de Viracocha
conducen · ·esta deducción. Los Incas "trataban de mejor manera a
las naciones sometidas de b en grado, qu_e a las rebeldes", lo que equi–
valía a consi'derar que todas ellas le debían pleitesía. ¿Porqué no
habían de e ane er e en esa creencia? Nada más justificado. Des–
de la época inicial de su avance hacia Jos cuatro puntos cardinales
¿qué
fué
la
histor.iade los Hijos"del Sol sino una sucesión de con–
qufat
,'!--"
as genuflexiones oportunas de los embajadores tucuma–
nos salvaron a .Jos pobladores de mayores perjuicios y desviaron
los ímpetus de los monarcas imperialistas sobre Chile, cuya anexión
realizó Túpac-Yupanqui unos cien años .más tarde, no sin grandes
dificultades- y con escasos resultados, pues. la llegada de los españo–
les dejoles beneficiar pocos afios de su triunfo (20).
MonitesinO's, que refiere la vida de los Incas, reconstruyendo no
se sabe con qué fuentes, quizás revelaciones secretas de algiún qui- .
poscamayo, una historia de más de tres mil años, corrobora
fa
exis–
te:nicia y el uso de'1 nombre
'~Tucumán"
desde antes de
l:a
conquista.
En sus "Memorias antiguas y políticas'',
publica~fas
en 1642, alu–
de tres veces a esa provincia, una en la época del gobierno de Manco–
cápac Yupanqui, cuando "sus capitanes tuvi eron algunas guerras
contra fos rdel Tucumán que habían entrado en los Chi'bchas";
( 19)
"Comentarios Reales", Tomo I , página
164.
E dición de
i723.
(20)
Según cronologías antiguas
y
modernas,
todas conjeturales, se calcula que Viracocha
reinó de
1350
a
1420
y Túpac Yupanqui de
i470
a
1488.
Bajo el supuesto de una exactitud apro·
ximada de estas fechas, que varían, según los
arqtt~ólogos
y los historiadores, el Tucumán