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LUCHA DE MÉTODOS
a lo largo de las tierras de California, hasta San Francisco (36),
y
en
todo este trecho los indios acostumbran teñir con ese medio sus telas de
algodón.
Ningún asombro, pues, al ver que los
kiókkenmoddinget
de Pisa–
gua han contenido una concha de púrpura, que demuestra haber sido
rota para sacar el color (37). Para Jackson, en cambio, eso no es na–
tural, ni espontáneo. De seguro -
afirma Jackson -
esto encierra un
misterio. He aquí sus conclusiones: "La industria de la púrpura está
asociada, tanto en el antiguo como en el nuevo
~undo,
con el aprecio de
las perlas,
y
el uso de conchas como cornetas. Cada uno de estos elemen–
tos culturales tiene su origen en el Mediterráneo (38). Estaciones para
(36)
FOLSOM, Charles J. -
México,
New York,
1842,
pág. 53.
(3 7)
ADAMS,
L.
E. -
Conchological Notes from Chile and Brazil;
en
"Jour–
nal of Conchology",
XIV (1915),
pág.
349.
A propósito del
libro de Adams, debo al Prof. Martín DOELLO JURADO
la
observación que "la interpretación de Jackson (pag.
27
de
Sbells as Evidence),
de que
la Púrpura ha sido rota para extraer la substancia colorante del animal, no parece de
ningún modo fundada por las observaciones del autor citado
(L. E. Adams), ni
por las del espeo alista que clasificó sus ejemplares (H. B. PrestoJl) ."
El ilustrado malacóiogo '.lrgentino, Director del Museo de Hist. Nat. de Buenos
Aires " B. Rivadavia" , que ha cultivado especialmente los estudios de "Conchyliologia
archaeologica", es merecedor de mi agradecimiento por haberme facilitado
el
texto de
Adams y v:arios volúmenes que me han servido para el presente estudio, cooperando al
resultado de mi cometrdq, e
el ámbito d0r una disciplina que le es familiar.
Interesa suyiamente a1
lector saber que el te:x;to de Adams dice sÍmplemente que
"la Púrpura fué probablemente rota para sacar íntegro el molusco". Además,
el
sitio
del hallazgo es un "concha!", o
Kitchenmidden,
es decir, depósito de
residuos de
comida.
Insiste, finalmente, Adams en que todas las conchas encontradas son especies
locales comestibles.
(38)
El aserto está muy lejos de ser probado. Diré, más claramente, que pugna
contra la verosimilitud, pues sabemos que no todas las formas o ideas similares dis–
persas en el espacio habitado por la humanidad se colocan en una serie genealógica.
De todos modos, es notorio que sobre el punto hay discusión abierta. Si Jackson
no dependiese tan pasivamente de la preformada teoría de E. Smith, habría visto sin
duda alguna el peligro que representa para un naturalista construir una argumentación
sobre la base de
opinione~
que son objeto de discusión.
Por mi cuenta, la escuela de Manchester se aparta, en su camino, de lo que cono–
cemos por método de las ciencias. Sus corolarios
pr~ceden
de un dogma. Véase la
curiosa acusación con que Elliot Smith piensa desacreditar la doctrina etnológica de
Tylor y Bastian:
"But the vecy essence of tbe conception of evolution is the decivation
of ali ocganisme from a common source.
It
is the teaching of Bastian and Tyloc which
is a repudiation of evolution .
.. "
ELLIOT SMITH, G.:
Tbe ocigin of the Pre-Colum–
bian Civilization of America;
en
"Science!',
XLIV
(
1916), 11
Aout
Y
XLV
( 1917)
9
Mars.
¿Que los
"elementargedanken"
de Bastian no
~iguen
la teoría de la evolución?