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LUCHA DE MÉTODOS
los métodos y la disciplina de un naturalista (40). Renunciando a la
historia natural, se ha conducido como mitógrafo, y, lo que es peor, ha
postulado uno de los más peligrosos apriorismos de
la
vieja etnología.
Seguir ese ejemplo no llevará utilidad alguna a quien se propone
sostener la idea de migraciones extracontinentales a las tierras de América.
Hace falta aducir pruebas sólidas e incontrovertibles, capaces de lo–
grar un éxito completo sobre los atrincheramientos de la tendencia tradi–
cionalista en Americanismo, y las aguerridas reservas del espíritu crítico.
Al combatir la etnología de la
convergencia,
hay que esgrimir armas
menos pesadas, pero más filosas que las que maneja la escuela de Man–
chester. Es simpleza pensar que la idea de Bastian pueda destruirse con
un
mot d'esprit.
Hay que hacer, con mayor sutileza, cuestión de límites,
o jurisdicción, y evitar con suma prudencia tanto la zona de confín, como
la que pertenece en buena ley a la doctrina de las invenciones elementales.
biblioteca
nacional
del perú
(40)
También el Profesor Germain, apologista, más que crmco, de la escuela de
Manchester, reconoce que la concomitancia, más o menos constante, del empleo de los
varios moluscos, no constituye un hecho extraordinario.
"Le grand intéret des cons–
tatations précédents n'est pas seulement dans l'étroite connexion, l' identité presque com–
plete de la répartition géographique des usages de ces Mollusques".
Ve muy claramente
el malacólogo del Museo de París que se trata de un hecho de zoogeografía.
1 •
Sin embargo Germain añade que el
interés
"réside surtout dans la remarquable
analogie des propriétés attribuées a ces animaux et dans leurs relations avec les dieux
et le culte joumalier."
No discierne Germain que con igual autoridad puede afirmarse que
esto
depende
de analogías en la actividad del espíritu humano. Tanto en una zona, como en la
otra, en momentos determinados, que nada nos obliga a suponer contemporáneos,
el
hombre de Egipto, de la India, de la China y del Pacífico ha sentido la necesidad de
deificar la generación, de personificar la vida, · de invocar la resurrección, de adornar la
casa de los dioses y su propia persona, y, para estas necesidades, ha empleado los medios
materiales que le ofrecía la naturaleza, medios que en ciertas zonas geográficas eran
sensiblemente iguales.
Los misterios acumulados sobre este punto
por
la escuela de
Manchester pueden resolverse, pues, en la doble analogía, zoogeográfica
y
antropológica.