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AMÉRICA Y BABILONIA
todas las caractenst1cas del dios Sol".
¿Porqué entonces, empecinarme
tanto en demostrar que de los dos influjos, el astrológico fué t>sencial–
mente semita?
Con todo derecho, atendidas sus premisas, Ricci asegura que "la
activa propaganda heliolátrica de la raza americana es incansablt>".
Observo solamente que el ilustre profesor se ha olvidado de la te–
sis. Ya no se trata de los Súmeros. Los Americanos que migraron hacía
el Asia Anterior, son, esta vez, los Semitas.
He aquí una solución inatendida de la cuestión de la patria semi–
ta. Ella resulta ser América. Ya no se romperá uno la cabeza para ex–
plicar los dos anagramas que estuvieron de moda en el siglo XVI:
indio
=
indio
Ophir
=
Pirhu
Manasseh Ben Israel tenía perfectamente razón.
biblioteca
nacional
del perú