TRIADAS
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tario, que provoca el culto de estado, y la intervención. clel sacerdocio
en la codificación religiosa (ontología, mitología, ritual). Al desorden
caót ico de los cultos, buscan poner orden los sacerdotes; de esto surgen
las famosas
triadas,
(7) cuya nat uraleza no es espontánea, ni primitiva,
n i, a justo hablar, mítica, sino artificial,
y
netamente histórica ( 8) .
En las capas sociales inferiores, a pesar del culto oficial, y de las varias
triadas, el demonismo antiguo no ha desaparecido. La septenaria cohor–
te de diablejos
y
los' innumerables espíritus del mal atormentan al
h ombre del pueblo, y este confía la defensa de su cuerpo y sus bienes a
los magos semi-oficiales (exorcismo, conjuros) y hasta a los hechice–
ros, quienes ocultamen_te fabrican f iltros y preparan majaderías. Am–
bas magfas, la abierta (blanca) y la oculta (negra) ceden continua–
mente terreno, sin desaparecer nunca, (como no han desaparecido por
completo hasta hoy); pero en su lugar el pueblo aprende · a recitar
(7) Las dos · criadas asirio-babilonias son : I Anu, Bel Ea, con el principio
femenino Natfa, y
II
Sin, Shamasb, Adad, con la entidad femenina Ishtar.
Esencialmente suméricas son las
di~inidades
de la l •, decididamente semítica
la familia de Sbamasb. Véase CONTENAU, pág.
50;
TURCHI, pág. 162-63; DELA–
PORTE, pág. 15(3 -1.5 5; FOOT-MOORE, pág. 69-711; cito solamente trabajos poste–
riores a 1920, para evitar una b ibliografía inútilmente frondosa .
No existe - y esto es not able,
la triada
c~cada
por Ricci : Nínib, Shamash
y
Nergal, respectivamente el sol naciente, meridiano y ves eT>tino. En cuanto a la au–
toridad citada, de Jensen, esa f uente es sospechosa, por ser un representante calificado
solar" que tantos perjui<ios ocasionara al desarro–
Q uíen desee
info~marse
sobre esa "enfermedad so–
con provecho los párrafos
780
a
792
de Vilfredo
En cuanto a JENSEN, recuérdese que es famoso por haber sostenido, en su libro
Da~
Gilgamesb Epos in der Weltliteratur,
que la narración evangélica de la v ida de
Cristo, contiene, análogamente a los mitos babilonias
y
hebreos, la descripción
mítica de la vida diaria del sol, en sus varias fases de la aurora, el mediodía y la
puesta.
Por lo que concierne a la Caldea, FOOT-MOORE, el citado Profesor de la Universidad
de Harward no duda en afirmar que las interpretaciones tendientes a reconocer en los
mi~os
babilonios el triunfo de la luz sobre las tinieblas, o del verano sobre
la
estación
fría, y personificar en Marduk (último anillo y definitiva transformac.ión de la
serie Shamash-El) al sol · de la mañana o de prim.avera, muestran una "ignorancia'
extraordinaria" del clima de la Babilonia.
FOOT-MOORE, p. 75 •
. (8)
CONTENAU, Dr.
G. -
La Civilisation A ssyro-Babylonienne.
París,
1922,
Ver pág. 51.
Y a que en los capítulos precedentes se ha ensayado una somera comparación, a
guisa de paralelo, entre RICCI y PATRÓN, es justo consignar aquí que el sumerólogo
'Peruano ha- demostrado poseer mayores conocimientos de los problemas caldeos. " Más
tarde, dice Patrón, cuandq_ los Súmeros se mezclaron con los Semíticos, Ea entró en
la religión común de ambos pueblos, figurando tanto en las cosmogonías como en las
triadas de los dioses arregladas por los sacerdotes de Babilonia" .
Huiracocba,
pág. 7 .