HIATUS PRE-SÚMERO
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piar soberbio de los
coups de poigne
de St. Acheul. Jacques .de Mor–
gan, seguido por Flinders Petrie, los dos verdaderos fundadores de la
prehistoria y protohistoria egipcia, han demostrado con tales medios
probativos, que en el territorio del Nilo el hombre desarrolló
sur place
la tan larga y penosa serie de transformaciones materiales y mor-ales que
conduce a la humanidad del estado ferino a la constitución de la so–
ciedad.
Viceversa,
la
planicie del Eufrates vió trasladarse a su seno una
humanidad intelectualmente formada, poseedora de los instrumentos .de
un estado avanzado de cultura material, que conocía ya la agricultura
y la cría de animales. domésticos, y el metal ( 8) . Desconocida es la fe–
ch a precisa de su llegada, pues oscila, según los varios autores, del VI
(Morgan) al IV milenario (Moret ). Pero una evidencia indiscutible
forma el resultado de las excavaciones; y es que antes de esa aparición re–
pentina de clanes, el suelo de la Mesopotamia no muestra vestigio al–
guno del hombre.
Es cierto que Thompson y Tylor (9) h ¡m encontrado en los bor–
des del Eufrates, a Eridu, unos objetos de
flint,
pero superficiales y que
difícilmente puédense asignar a un" época primitiva. Viceversa, Henry
Clay (
1
O), desp és de hurgar las capas más profundas, atestigua que
en toda la Babilonia se encuentran por doquiera utensilios de bronce.
Anteriormente a bronce, lo más primitivo .que se halla, es una
cultora a base de Hachas y pun tas de piedra pul'da, usadas contempo–
ráneamente con t ensif1os de cobre euro (
11) ;
las características ·del
período clásicamente llamado eneolítico. Esto comprueba que en la
edad bróncea,
la
aleacíón con estaño fué inventada, o empleada, por
vez primera,
in sit.u,
por los habitantes de' Caldea (
12) .
Las comparaáones con los resultados de la misión del mismo De
Morgán a la Susiana añaden otras certidumbres para definir la cultura
material de los primeros habitantes de la Caldea meridional, quienes
bajaron al valle mesopotámico apenas
é~'te
resultó habitable, pues sa–
bemos a ciencia cierta que su constitución, obra de los aluviones, es re–
lativamente reciente. Sabemos así que los llamados Súmeros. ya poseían
tejidos, pues su impresión se ha encontrado en el óxido de cobre de las
hachas deposita.das en las tumbas, que sabían esculpir admirablemente
la piedra en forma de vaso, tanto las rocas tiernas como las duras,
y
(8) MORGAN,
J.
de. -
L ' humanité préhist.,
ya citado, pág. 96.
(9) MORET,
A.
et DAVY,
G. -
Des clans aux empires,.
ya citado, pág. 140.
(10) MORET,
~·
et DAVY,
G. -
Des clans,
etc., pág. 232.
(11) MORGAN,
J.
de. -
L'humanité préhist.,
pág. 96.
(12) MORGAN,
J.
de. -
L ' humanité. préhist.,
pág. 127.