- 105-
viene a verme,
uñjhiri hutito.
Si vinieras a confesar tus pe–
cados con verdadero corazón. Dios
te
los perdonará,
cheka
chuimampi hucbanaca ma confes iri hutasma jh,
Diosa t atasa u pampacbiristama.
Y es de notar que
estas oraciones de supino se pudieran hacer por gerundio de da–
tivo, diciendo;
uñjlwñataqui, con/esasiñataqui.
Cuando el verbo determinante no significa movimiento de
lugar, la oración se hace no por supino, sino por nombre o·
participio acabado en
wi;
v. gr. vengo de arar la chacra,
y
a–
pu kbol liña ta
vel
kholliwita hut- t a ;
vengo de pescar,
chaulla ca t uwi ta
ve!
ca tuñata hut-ta;
añadi endo al
n:>mbre o participio la preposición
ta,
que significa de donde.
Si en la oración de supino interviniere transición de pri–
mera a segunda o cualquiera otra, la partícula de transición se
pondrá en el verbo determinante: v. gr. vengo a verle, vine a
verte. vienes a verme viene a verme, diremos;
uñjhiri huts–
ma, uñjhiri bútama, uñjhiri hut.-ti t a, uñjhiri hu–
tito;
al modo que dijimos en el infinitivo.
Por este infinitivo muy elegantemente se hace esta oración
y
otras semejantes; no hizo mas que llegar y reñirme, h
a i
e h
i
ri
o
ha icha s iri ca m<1q ui j hutit a;
volveréis al pueblo para
oir
mi~a
luégo,
misa i sapi ri
ca~aqui
marca ru cuti–
n
i
t<1,
esto es, volverás a tiempo no antes ni después.
CAPITULO
I
OVENO.
Régimen de Jos Particip ios.
Los participios
se llaman así, porque participan de
nombres y de verbos; declínanse como nombres y
rigen casos
_ como los verbos de donde na cen;
y
es tan importante el uso de
ellos, y tan frecuente, que si se ignora, apenas sabrá con acierto
ablar; y así en cada uno de ellos se pondrán muchos modos
de habl ar. para que se entiendan mejor.
14
a