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MIGUEL ÁNGEL MOS I

xr

miento allana el camino para otro. El padre lVIossi, a medida que iba

profundizando en el estudio del idioma quiclma, descubría más am·

plios horizontes, y queriendo explorarlos basta su extremo límite,

marchó a Oochabamba con el fin ele estudiar

y

comparar Ja diferencia

del idioma incaico en ésta y otras regione bolivianas. En esta ciu–

dad publicó, durante el año

1

62, un librito titulado

Teologíct mistica,

tratado de apologética cristiana, única contribución que su pluma

dedicó a su mini terio apo tólico. De esta obrita hizo, en

1

65, una

segunda edición en

.Madrid~

dedicando el producto íntegro a una obra

de beneficencia .

Ya en e ta época había podido convencer e del principio que con -

tantemente defendió como inconcu o, obre la unidad de origen ele

todas las lenguas. En sus constante peregrinacione por América,

iba haciendo rica co echa de materia.! filológico y lingüístico, pero,

para e tablecer ba e fijas e inmutables en el estudio del lenguaj e,

fa.Itába.le

material bibliográfico, que sólo en las grandes bibliotecas

y

archivos puede encontrar e. En demanda ele e te material, marchó,

por el año 64, a Madrid, clondJ e dedicó, entre otras varias ocupa–

ciones, a p erfeccionar el estudio d su curio a y profunda teoría so–

bre la significación núl,ll ro

1

reci ·o

el~

Jas

~

as a)fa. tica . Primer

fruto de estos e tud'o · ha ía ido

~a

Ola'Ve armónic(tO concoi'Ci,tnciade

todos los idiomas,

con la qn como u mi mo ítulo

in~

ica, trató ele

retrotraerlos todos a

tUl

ori ·en e

JUÚI!l;

p ro no ere endo bast-ante

discutido el

ten~a

a

1,

·e 1el a

li,

lo.

La presencia del padre )[ossi en la ca.pital espaiiola no pasó inad–

vertida para lo que al estudio ele la, filología e dedicaban, principal–

mente los que formaban parte ele la entonce floreciente

Academia

del lenguaje 1miver al,

quienes, ·abcdore de lo profundo conoci–

mientos que poseía en la lengnas muerta , l e euca rgaron, por cuenta

ele aquella corporación, la traducción de una gmmática la.tina ·

tra.ba–

jo efectua<lo por el padre 1\Ios i, ¿n tre me e. y tan a satisfacción ele

todo , que le valió el ser nombrado miembro honorario de aquella

docta ocieclad.

Por aquellos años había alcanzado entre los filólogo · gran boga la

idea de la creación ele un lenguaje universal y aun e !Jabían hecho

varios en ayo , miís ing·eniosos que afortunado . Cierto es que este

proyecto de leno·ua co mopolita contaba ya, muchos iglos de anti–

güedad. Platón, Ari tóteles, Lucrecio, Quintiliano y Sau Gregorio

~

i eno, en la edad antigua; lo nominalista , en la edad media,

y

en

la moderna, de de Bacon y De cartes ha ta el convencional Delormel