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desiderium co llium ro te rnorum" (las ben–
diciones que te da tu padre Jacob sobrepujan
<Í
las
bendicione de sus progenitore ; hasta que venga el
de eado de los collados eternos). Los co ll ail os eter–
no s significan todas las criaturas. La criaturas, en
especial, la tierra, tienen según la E critura Sagrada
el carácter de lo firme, inmutable, duradero y, en
cierto sentido, de lo eterno ; pues, Dios r.imentó la
tierra sobre sns propias bases: no se desnivelar;í
jamíis (Ps. CIII, 5); fundó la tierra, y ella subsiste {Ps.
CXVIII, 90). Este carácter de un elemento firme
ó
inmovible llevan en particular los collados y cerros que
parecen ser fundados para siempre, de modo que la
Escritma Sagrada babia en muchos lugares por sinécdo–
que de los collados y cerros en lugar de toda la tierra:
'luo estaba a
enta.dala grandiosa mole de los montes,
ui aun había collados, cuando yo (la Sabiduría eterna)
había ya nacido" (Prov. 8, 25). Por estas razones
tradujimos desiderium c ollinm mte rnorum en:
tucui rur ash cac unam a uta munap ayasb ca
=
de–
seado · de todas las criaturas. En esto nos confirma
San Pablo (Roro. 8,
19-22):
"Así las criaturas todas
están aguardando con grande ansia la manifestación de
los hijos de Dios. Porque se ven sujetas
<Í
la vanidad,
no ele grado, sino por causa de aquel que les puso tal
sujeción, con la esperanza de que seritn también ellas
mismas libertadas de esa servidumbre á la corrupción
para participar de la libertad
y
gloria de los hijos de Dios.
Porque · sabemos que basta ahora todas las criaturas
eshín suspirando por dicho día,
y
como en dolores de
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