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LXXIII -
expresa todo el misterio de Ja salvación del género
hamano en una sola palabra. El divino Salvador mi mo
nos consuela con las palabra (loan. 16, 23) : "Cuanto
pidierei al Padre en mi nombre (e decir, de Jesú ),
os lo concederá":
y
este mandato ob erva fielmente Ja
Iglesia sirviéndose en as oraciones de la conclnsión
"por naestro Señor Je ncri to".
La devoción al santo Nombre del divino Salvador
recibió una forma especi:tl en
las J1etauias del s:w–
tisimo Nombre de J e í1s.
Los antores de ellas son
San Bernardino de Sena
y
San Juan de Capi trano, que
la compu ierou
y
propagaron entre el pueblo,
á
prin–
cipio del iglo xv, para fomentar la devoción al
antísimo Nombre de Je
i.\ ;
y
con razón; "pues no e
ha dado
á
los hombre otro nombre debnjo del cielo,
por el cual debamos alvarno ' (Act. 4, 12).
En las Letau.ías del antísimo Nombre de Jesús
se medita sobre el divino Salvador
y
toda su obra ele
la Redención, sobre lo qne ha hecho
y
hace todavía
por nosotros. Se dividen en una introducción, que es.
la misma
~
las Letanías de todos los Santos, -Y dos
partes. La primera consiste en titnlos de alabanza al
clivino Salvador, que es Hijo de Dios vivo é Hijo de
la Virgen María. La segunda parte e compone de
deprecaciones; en ésta se enumeran primero los males
de que el cristiano pide er ·librado,
y
desp11é e dan
los motivos qae conmueven á Jesús á alvarnos.
La
ext~nsión
del V adem éc n rn no nos permite
hablar ·del sentido especial de cada invocación de las
Letanías del santísimo Nombre de
Jes1í ;
llamarnos la
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Gnu.111, \'ndemt1cum.