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idioma, por algún subalterno durante las Misas rezadas.
Vimos que en una iglesia de París se leían también
unas cinco oracione durante la Misa rezada del domingo ;
y los seiiores que asistían, parecían .er de la all't so–
ciedad. ¿Por qu<í queremos prirnr á nuestro pueblo de
un medio tan f:ícil para oir devotamente
la
anta Misa?
¿Quién no ve que
las Letanías
tienen la forma
ele om ·ión má adecnada para los indios? pues hay
que conte tar simplemente las invoeaeione que se recitan.
Por e
:1
razón hemos pue to en el Va de méeu
ln
toda
la L tanía aprobadas por la Iglesia para el
11
o uni–
ver al, :í saber, l:ts Letanía ele! Santí imo ombre de
Je 1ís, la clel sagraclo Corazón, las Lauretana ele la
Santi im:1 Virgen María
y
las Letanías breves de todos
lo
autos. El texto quichua de la tres primeras
Letanías hemos puesto con notas mu icales para que
puedan servir ele cánticos en la proce iones no estricta–
mente littírgica · pues on las litú1·gica ,
6
sea n la
pre crita por la liturgia,
á
saber en las proce ione de
an Marco. , ele Rogaciones y obre todo en la ele la fiesta
ele Corpn
lui ti, no es permitido eje ·ntar :ínticos en
lengua vulaar.
Al
anti imo Nombre de Jesú
ha tribntado
venernción la Igle ia desde su origen; pue dice an
Pablo (Phi
l.
2,
10):
"Que al nombre de Je ú se doble
totla rodilla en el cielo, en la tierra y e.n el infierno".
La razón de e ta veneración y re peto profundo y
·on tanto es porqu
l anti imo
oml re de Je tí