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LXI! -
J.JOS
frutos del Epíritu Santo
1,
ú.
saber, el pro–
ducto necesario de la vida cristiana, criada
y
vivificada
por el E píritu Santo, se ele arrollan en la triple forma:
1? de amor que viene de Dios
y
va
á .
Bl, amor que
hace feliz el interior (caridad, gozo, paz ; Rom.
14,
17 :
que no consiste el reino de Dios en el comer, ni en el
beber, siuo en la justicia, en la paz y en el gozo clel
Espíritu Santo; Phi!. 4, 17: y la paz de Dios,
qu~
obrepuja todo entendimiento, sea guardia ele vuestros
corazones, y de vuestros entendimientos, en Jesucristo);
2° de amor que obra en cuanto á lo exterior
y'
para
con el prójimo (paciencia, longanimidad, bondad, benig–
nidad, m:.rnscclumbre, fidelidad: II Cor. 6,
4- 10);
3? de amor de sacrificio, con el cual se mortifica el
cri tiano
á
í
mismo (modestia, continencia, castidad:
ll
Petr. 1, 6). De ahi resulta que los frutos del E píritu .
Santo son acto de virtud, los cuales causan gusto
espiritual
y
hacen agradable la vida entre verdaderos
cristianos
2.
Ahora bien, usnr en quichua del término "muyu"
ó
"ruru" por "frnto", impedfría
á
los indios la inteli–
gencia de lo que son los frutos del Espíritu Santo ;
pues "muyu" signüfoa fruto tan sólo en cuauto es fruta
ó grano, y "ruru" en cuanto es pepita, y amba pala–
bras no admiten sentido moral ni espiritual. Por esto
hemos adoptado la expre ióu "Espiritu Santomanta
1
Véa e
Gal.
5, 22. 23; Rom. 6, 22; Phil.1, 11. .
Taol1.,
um. Thcol. I• IIre,
q.
70.
2
Véa e S. Tno)r.,
In
3, dist. 34,
q.
1, a. 5 ad
l .