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Siendo María Madre de
1
:illa1fa Dios C/n¿ripac ma–
Dios Hijo,
fué
su trono,
ma cashpa, Paipac tiyana
por haber vivido el
~r
erbo
carca, Dios Ohuri Maria-
las prerrogativas de María que resulta de
In
aplicación de
nuestros pasajes, se puede
y
debe considerar fundado sobre
In
autoridad de la Iglesia;
y
como el Espíritu auto dirige
á
In
Igle ia en todo, se ha de admitir que Ja aplicación de
estos lugares en su sentido consecuente ha estado en
Ja.in–
tención del Espíritu Santo. .A.hora bien, el sentido literal de
nuestros pasajes (principalmente Eccli. 24
y .
ap. 7) no
p~·e
senta exclusivamente
á
la Sapientia genita en la persona del
Verbo, sino también
á
la Sapientia spirata en la persona del
Espíritu Santo; pero
á
ambas, eso sí, bajo su común punto
de vista do la Sapientia procedens et elfusa ex Deo in crea–
turam (scilicet ad vivificandam et illuminandam creatnram),
obrando con una benévola actividad continua. Luego, por el
sentido consecuente de nuestros pasajes aplicados
á
Maria,
se sigue que la Madre de Dios no sólo cooperó en Ja sal–
vación del mundo consintiendo
á la
Encamación de la , abi–
dw'ia genita; sino que, como madrn cuidadosa
y
activa, está
en el cielo dispensando continuamente
á
los hombres todas
las gracias
y
beneficios de la santificación; por "tanto, así
como el alvador descendió del cielo por María, así también
los hombres son conducidos por ella á Jesús
y
al cielo.
(Or. Off. . Cyr. 9 Febr.: "J?eus ... concede, . . . ut qui vere
enm (lliariam) Genetricem Dei creclimus, materna eiusdem
protectione salvemur.") Esta mediación (de intercesión) uni–
versal
y
conti_nua de lUaría es enseñada también por los
santos,
y
en e pecial por an Bernardo en el célebre sermón
··De .A.quroductu
(In
Nativ. B.
JU.
V.)
y
por an Alfonso de
Liguori en 'Le Glorie di Maria''. Es digno de reparo el que,
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