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María es la madre del
María Santísima rnari
bello amor
y
del temor de
sumac, llwnpac cuyaipac,
Dios,
y
lo e infundiendo
Diosta rnancha·ipac mW1na–
en nue tra alma el amor
mi, Diospac cuyaita fí.ucan–
diviuo ; es
la
·madre de la
chic almapi yaicuchi hpa;
cien ia santa
y
de la espe-
María Santi inw al/ita ya–
l'anza, iluminando nuestra
chaipac, allí hiuyacuipac
alma en las cosas divinas.
marnami, alnnata Diospac–
Por María alcanzarnos toda
manta achicyachishpa.
]{a–
gracia para conocer el ca-
ríanianta Diospac shutiipac
mino de la verdad que con-
?tanta ricsingapac tucwi gra–
duce
á
Dios; por ella te-
c-iata, tucui yanapaita ushi–
nemos toda virtud para
chinchic; Maríanwnta shun–
vencer las pasiones
y
vivir
gula atingapac, allí causan–
santameute
1.
1
gapac tuciii sinchicuitci chas-
quinchic
1 •
•
1
Eccli. 24, 24. 25. Lect. Missre B. l'J. V. de Monte Car–
melo: "Ego mater pulcbrre dilectionis, et timoris, et agni–
tionis, et sanctre spei.
In
me gratia omnis vire et veritatis:
in me omnis spes vitre et virtutis." - En la liturgia de la
Iglesia se aplican
á
l'Jafía aquellos pasajes de los Libros sapien–
ciales (Prov. c. 8, Eooli. c. 24, Sap. c. 7) que describen el origen
y
carácter, las glorías
y
actividad de la Sabiduría personal.
La aplicación de estos lugares
á
María es efectivamente una
prueba formal de que la Iglesia la considera como imagen de
la Sabiduría
per~onal,
imagen que,
á
causa de la íntima
y
única comunión de María con la Sabiduría personal, es tan
semejante al prototipo, que todas las prerrogativas de éste,
descritas en los pasajes menyionados, convienen proporcional–
mente
á
la imagen. Por lo dicho se ve que aquel diseiio de
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