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mano
1 ,
y
padeció con Jesús
Jesús juchacunannanta hua–
como si el corazón de la
ñushac nieta a?'Í!nishpa,
Virgen Madre hubiera sido
Marta Sant1,simia i·unacuna–
traspasado por una espada.
ta quishpichiiipi ishcandin–
La Madre Dolorosa estando
chircalac
1,
Jesu.shuan mu–
parada bajo la cruz (para
tsurca, Virgen Mainapac
lo que fné fortalecida por
shungit tucsinamanta uq,–
el Espíritu Santo), ofreció
tuslwashina canman carca.
sn Hijo clavado en la cruz
Nanaiswpa Virgen M(J//ria.,
:í
Dios Padre por la Re-.
crux cuchwpi
shayacuc
dención del género humano,
(Espíritu Santomanta svn–
para que los hombres ten-
chiyacuslwa cashpa) paipac
Antiguo Testamento que la Redención debía hacerse por el
sacrificio cruento del Redentor. P or esto, la Encarnación
del Verbo Divino, la Presentación del Niño J esús y la Com–
pass io ele la Virgen Madre en la pasión y muerte de su
Hijo están en íntima relación, y forman una sola y larga
vida de sacrificio en la cooperación á la Redención del gé–
nero humano. - Que la Presentación del iño J esús en el
Templo no se hizo solamente para cumplir con una ley
. ritual, sino que ha sido traditio in sacrifi cium hecha
por Iaría, lo demuestra la profecía del ancianó imeón
(Luc. 2, 35).
1
María es "ministra (diacona) Redemptoris in opere Re–
domptioni . ' También se puede decir "acliutrix (adiutorium)
Redemptoris in Redemptiono", con tal que no se tome el tér–
mino "acliutorium' en el sentido de coadyuvar
á
una virtud
que en sí es insuficiente, sino en el de un servicio que Dios
en su sabiduríá pide do la creatura para conseguir un fin.
En este segundo sentido decimos que lliaría ha cooperado
á
la Redención del género humano.