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cuando se unió con ella en
apaign. Chaimanita lifaría,
la encarnación. En con-
Dios Churihuani huella tcm–
secuencia, por la intima
d.ashca cashpa, mana jn–
unióu con Dios Hijo se
challina usharcachu.
hizo del todo imposible qne
María pecara.
Haciéndose María l\fadre
Diospac ]fama tucush-
de Dios, dió su propia carne
pa, María Sanittsvma rnari
para que el Verbo Divino,
paiquiquinpacaichata curca,
revestido de la humanidad,
Dios Churi Virgenmanta.
pudiera redimirnos; María
aichata, Espíritu Santo ca–
dió
á
lnz á Jesucristo, le
maüpi, apashpa, runa lu–
crió y alimentó para que
cushpa, ñucanchicta quish–
muriera por nosotros en la
pichina ushangapac; :Jfaría
cruz. Teniendo María en la
Jesustci pacarichirca, hui–
Prosentación en el Templo
ñachirca, Pai ñucanchic–
de. Jerusalén á su Hijo
randi
cruz.pichaca/a hca
sobre los brazos, le ofre-
huañungapac. María Santí–
ci6 á Dios Padre eomo
sima mari paipac Clmrita
sacrificio por los peca-
santo· 'J'ernplopi ricurichi–
dos del mundo
1.
Consin-
mushpa, Paila rigracunapi
tiendo, pues, Maria al
charishpa Dios r ayaman
sacrificio de expiación de
chasquichirca, Jesús cai
su Hijo, cooperó á la Re-
¡pachapac tucui juchacu–
deuci6n del género hu-
n.amanta pactachingapac
1•
podía decir en un sentido mucho más superior al de San
Pablo: "Yo vivo, ó más bien, no soy yo el que vivo: sino
que Cristo vive en mí" (Gal. 2, 20).
1
Sin duda María, en el momento de consentir
á
la en–
carnación del Verbo Di,'Íno, conoció ya por las profecías del