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CLV -
Para que la explicación del catecismo ó de la Doc–
trina Cristiana sea provechosa, es indispensable que el
catecúmeno tenga aprendido al pie de la letra el nno
ó la otra; sin esto se olvidará fácilmente de lo que
explicó el catequista, pues el texto aprendido de me–
moria es, por decirlo así, la armazón sobre la cual se
guardan las explicaciones del sacerdote. Para esta en–
seiíanza, ó sea para hacer á los niíios aprender de
memoria el catecismo ó la Doctrina, no alcanza el
párroco, á causa de sus muchas otras ocupaciones pas–
torales. En cuanto al catecismo son sus cooperadores
los maestro seglares y religiosos de ambos sexos, de
los cuales hemos hablado ya arriba. Tocante á la
Doctrina, se debe reunir cada día de la semana á
todos los niíios indios parn que la receu despacio y
canta ndo. Eu muchas haciendas se observa ya esto,
pues los reúne todos los días ordinariamente el mayoral
á las cinco de la tarde; de modo que no se introduce
tampoco cosa nueva.
Á
los ni1ios de indios libres se
reunirá en grupos, formaclos de vecindades cuyo diá–
metro no se extenderá á m<ÍS de media legua, para que
los nÍlíos puedan venir facilmente. Como director del
rezo podríasc poner á un indio anciano capaz, el cual
hará recitar des pac io y canta nd o la Doctrina <Í. los
niños, todos los días de la semana, <Í.
una hora con–
yeniente. Dése á estos directores de rezo alguna re–
muneración. Luego diremos cómo se podrá conseguir
los recursos .correspondientes.
Hestan todavía muchos mnos, que ni van á una
escuela ni quieren asistir á la Doctrina de indios.
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