-
CLL\'. -
la Doctrina Cristiana trabajen individualmente, ola–
mente bajo la direccióu del pitrroco, el cual no e
descuidará ele visitar frecuentemente e ta 'Doctrinas,
como también las de los niíios indio , parn animar de
nuevo á los directores, los cuale han podido hacer e
inconstantes y negligentes; pues nos parece que en el
Ecuador depende ca i toclo progreso e piritual de lo
fieles de la energía, actividad y constancia de los párro–
co ; y la personal intervención activa
y
continua del
cura es necesaria, aunque se hayan formado, según el
Ilº Conc. Quit., Congregacione parroquiales para la en–
seííanza de Ja Doctrina. Se podría también unir la.
obra de la enseñanza de la Doctrina Cristiana it una
de las Congregaciones piadosas libres ; p. ej. los cofrn–
cles de la Tercera Orden de San Francisco
6
del
Apostolado de la Oración, las Bijas de María etc. po–
drían hacer un bien muy grande enseitauclo Ja Doctrina
Cristiana á lo pobres, sobre todo
á
la clase india.
Hemos agregaclo al texto quichua ele la_Doc–
trina Cristiau:t
y
al !le su explicación· una versión
castellana,
no solamente para mejor inteligencia del
primero, sino también porque no en todas las parro–
quias hablan quichua los indios, sino castellano, aunque
en lo demás sus conocimientos religiosos no on mncho
mejores que aquéllos ele los· quichuas. Pero, ele que
ciertos indios sepan las palabras castellanas que sirven
para el trabajo
y
la vida ordinaria,
110
se igne que
conozcan suficientemente el e. piti1ol para poder enten–
der las instrncciones religiosas dadas en este idioma.