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comida de los más pobres,
y
su bebida no era sino
agua común, lo cual hizo decir
á
Nuestro Se1ior que
parecía que San Juan no comía ni bebía: "venit Ioannes
Baptista neque manducans . . . neque bibens" (Luc.
7, 33). .Al mismo tiempo está la vida y vocación de
San Juan Bautista en nna relación más cercana con la
obra de la Redención que la de cualquier otro santo,
á
excepción de la Madre de Dios. Necesal'io es, pues,
que los indios conozcan á San Juan Bautista. Con este
objeto hemos t!'aducido el himno U t qu e an t. Mas hay
que explicarlo bien, pues según nuestro parecer es el
má conciso y difícil de todos lo himnos de la Iglesia.
Para aumentar la devoción á San Jo é hemos puesto
el himno Qu icomque sanu s vive re, el cual contiene
la vida santa y privilegiada del padre putativo del
divino Redentor.
Los indios tienen mucha compasión de las almas
del purgatorio. Con el objeto de fomentar esta devo–
ción hemos traducido al quichua el salmo D e profundis.
Para introducir los c:ínticos puestos en el Vade–
mécum, hay que ex_plicar
á
los inclios ante todo el
sentido del texto, después cantarles el cfotico y últi–
mamente hacerlos cantal' :í ellos mismos.
En general, para todo el pueblo los himnos litúr–
. gicos, también las letanías del santísimo Nombre de
Jesús, del sagrado Corazón y las Lauretanas son minas
describatur as peri or , cui me! apiarium, quod est cibus
laudatissimus et delicatissimus, minus convenire videtur"
(STEENKISTE,
Comm. in Ev. sec. Matth. ad 3, 4).
GmM>1, Vademécum.