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na, mas como el idioma de las
-úlas
es pariente cer–
cano del quiché, fácil me ha sido encontrar las raíces
de dicho vocablo. Antes de exponer mi etimología
creo oportuno aducir una cita del
Arte de .fumar
por
García Ramón. Dice este autor: · "Colón cuenta en
su diario que estando en la isla de San Salvador y
habiendo mandadq algunos soldados para explorar
el país, hallaron
~n
camino gran número de natura–
les, tanto hombres como mujeres, que traían en la
boca un tizón compuesto de yerbas del que aspira–
ban
el
perfume. Y añade que le llamaban
tabaco.',
Otros cuentan que cuando el pirata Francisco
Drake llegó á las costas occidentales de la América
del Norte los indígenas lo recibieron como á un en–
te extraordinarió, y que
á
guisa de tributo le ofre–
cieron una planta denominada por ellos
tabach,
que
era la que hoy denominamos
tabaco.
En todo caso es indudable que la voz
tabaco,
ó
mejor dicho, el vocablo de que esa voz procede, se
usaba en América desde antes de · la conquista,
d~biendo haber pertenecido esa voz á algún dialecto
americano, y que los caribes la emple.aban para de–
signar el tizón de que nos habla Colón, como hoy
decimos "un tabaco", por "un cigarro." Los espa–
fioles dieron
á
la planta el nombre del artefacto que
con las hoj_as secas de ésta
s~
hacía.
El análisis filológico de la palabra
tabaco
confir–
ma plenamente lo antedicho: las raíces quichés que
la componen son: .
tah,
que implica la ·idea de "fuer–
za", pues entre otras
a
~epcion.estiene la de "caudi–
llo , y la de "acaudillar', y de ella se derivan
tahba
="confirmar,
da1~
fuerza á lo dicho' ';
tahih="labrar
la tierra ;
talili'c="muy
tupido"
&. &.;
y
bak="tor–
c r r torcer"·
d~
modo que
talz+bak,
ó
tabaco,
quie–
r decir 'fuertemente retorcido", es decir "lío de