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EL REVERSO
-Vuestro amigo no está aún convertido, decía
el
buen abate Veze, pero desea estarlo.
Una circunstancia imprevista anticipó la revelación
á
Godofredo de la historia de la señora de la Chan–
terie; de modo que el interés capital que le ofrecía
no tardó en quedar satisfecho.
París se ocupaba entonces del desenlace, en la ba;..
rrera de Saint-Jacques, de uno de los más horribles
procesos criminales que llegó á verse nunca en nues–
tros tribunales. Este proceso resultaba interesante por
la índole misma de los criminales, cuya audacia
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edu...
cación superior
á
la de los acusados ordinarios y
cínicas respuestas, asombraron á la sociedad. Cosa
digna de átención: en la posada de la Chanterie no ·
entraba ningún periódico,
y
Godofredo supo por su
maestro de teneduría de libros que se había negado
el
recurso de casación
á
los condenados, cuyo proceso
había tenido lugar antes de su entrada en casa de la
. señora de la Chanterie.
-{Han visto ustedes alguna vez personas tan atro–
ces como esos bandidos? dijo Godofredo
á
sus futuros
amigos; y cuando las encuentran ustedes, {qué hacen
con ellas?
-En primer lugar, dijo don Nicolás, no hay tales
bandidos, y sí únicamente naturalezas enfermas que
debían ser mandadas á un manicomio; pero, aun fuera
de esas raras naturalezas enfermas, nosotros no vemos
nunca más que gentes que razonan mal, y la misión
del hombre caritativo es educar
á
las almas y conducir
por el camino der bien á los desgraciados.
-Nada hay imposible para el apóstol , porque tiene
á
Dios de su parte, dijo el abate Veze.
-Si les enviasen
á
ustedes
á
esos dos condenados,
{Creen que sacarían
al~o
de ellos)
·
-No habría ya tiempo bast¡mte, advirtió el cuitado
Alain .
-Por lo general, dijo don Nicolás, se entregan
á
la religión almas que están en la impenitencia final, y
·-