Table of Contents Table of Contents
Previous Page  81 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 81 / 298 Next Page
Page Background

DE LA HISTORIA CONTEMP9 RÁNEA

77

drá usted á hacer lo propio con nosotros tan pronto

como estemos instalados, me ,dijo Mongenod. Llega–

mos ayer, y pienso comprar un palacio. para abrir

aquí una casa de banca para negociar con la América

del Norte, asegurando asi el porvenir de este mo–

zuelo, dijo señalando

á

su hijo mayor, que tenía quince

años. Pasamos juntos el resto del día y fuimos por

la noche al teatro, pues Mongenod y· su familia es–

taban sedientos de espectáculos . Al día siguiente

invertí la suma que me había dado mi amigo en papel

del

Estado~

'reuniendo así una renta de quince mil

francos. Esta fortuna me permitió dejar de llevar los

• libros por la noche y presentar la dimisión de mi em–

pleo, 'on gran contento de los supernumerarios. Des·

pués de haber fundado la casa de banca Mongenod.

y Compañía, que obtuvo enormes ganancias en los

ptimeros préstamos que hizo á la Restauración, mi

amigo murió en

1827 ,

á los sesenta y tres años. Su

hija, que recibió más tarde un millón de dote, se casó

con

el

vizcon~

de Fontaine. El hijo que usted conoce

. no

está casado aún, y vive con su madre y con su

hetmano menor. En su casa obtenemos todas las

sumas que podamos necesitar. Federico, pues su pa–

dre le había puesto mi nombre en América, Federico

Mongenod es, á los treinta y siete años, uno de los

banqu~os

más hábiles y más probos de Paris. No

(

hace mucho tiempo que la señora Mongenod acabó

por confesarme que había vendido sus cabellos por

- dos escudos para .Poder comprar pan. Da todos los

años veinticuatro carretadas de leña, que yo distri–

buyo entre los desgraciados, por la media carretada

que yo le envié en otro tiempo.

-Eso me e:x;plica sus relaciones con la casa Mon–

genod, dijo Godofredo, y su fortuna ...

El buen hombre miró

á

Godofredo sonriéndose,

siempre con la misma expresión de dulce malicia .

-Continúe usted, repuso Godofredo viendo, por la

actitud del anciano, que aun no se lo había dicho todo.

\