EL REVERSO
nnes gratas y sintáis verdadero amor por Jesucristo,
•>consideráos felices , pues habréis encontrado el pa–
»raiso en este mundo.•>
Importunado por esta sencillez, carácter de la fuerza ,
y
furioso al verse vencido por aquel libro, lo cerró;
pero encontró este consejo grabado en letras de oro
en el tafilete verde de la cubierta:
¡No
BUSQUÉIS MÁS QUE LO QUE KS
RT!RNOI
-Y
~lo
han encontrado aquí) se preguntó.
Pensando en que la señora de la Chanterie tenia
que leer un capitulo aquella misma noche, dejó su
habitación para ir á buscar un hermoso ejemplar de
la
IMITACIÓN DE JesucRISTO,
bajó las escaleras y llegó
á la calle. Permaneció algunos instantes á dos pasos
de la puerta, indeciso sobre el camino que iba á to–
mar, preguntándose á qué sitio ó á qué librerla irla
á
comprar el libro, cuando oyó el torpe ruido de la ma–
ciza
puerta cochera que se cerraba.
Dos hombres salían de la posada de la Chanterie,
pues el que se haya fijado bien en el carácter de esta
antigua casa habrá reconocido en ella el que distin–
gue
á
las antiguas posadas. Manón, al
ir
avisar á
Godofredo por la mañana, le babia preguntado, in–
dudablemente en broma, cómo habla pasado la no- •
che en la posada de la Cbanterie.
Si¡}
ninguna idea
de espionaje, Godofredo siguió á los dos hombres,
que lo tomaron por un transeunte,
y
que en aque1las
calles
desiertas hablaron en voz bastante alta para
que él
pudie~
oír su conversación.
Los dos desconocidos tomaban por la calle de Mas–
sillón, para
ir
á
Notro-Dame
y
atravesar el Parvis.
-Ya ves, amigo mfo, que no es tan dificil sacarles
el dinero..• Todo está en darles siempre la razón .
-Pero nosotros estamos debiendo.
-e
quién?
..