Table of Contents Table of Contents
Previous Page  263 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 263 / 298 Next Page
Page Background

Z. MARCAS

elocuencia: tenía algo de Berryer por el calor

y

los mo–

"t'imientos simpáticos á las masas; tenia algo de Thiers

por la astucia y por la habilidad; pero hubiese sido

menos difuso

y

más rápido para sacar sus conclusio–

nes; contaba pasar bruscamente al poder, sin haberse

empeñado en la defensa de doctrinas, necesarias en

un principio para el hombre de posición, y que per–

judican más tarde; al hombre de Estado.

Marcas había estudiado todo lo que un verdadero

hombre de Estado debía saber; de modo que su asom–

bro fué grande cuando tuvo ocasión de ver la pro–

funda ignorancia de la gente que dirige en Francia los

negocios públicos . Si su vocación le babia inclinado

al estudio, la naturaleza se había mostrado pródiga

con él

y

le había concedido lo que no puede adqui–

rirse: una penetración viva , el imperio sobre si mismo ,

gran rapidez para juzgar, decisión,

y

lo que consti–

tuye el genio de los hombres, una gran fertilidad de

medios.

Cuando se creyó suficientemente armado, Marca s

encontró á Francia presa de las divisiones intestinas

nacidas al tripnfo de la rama de Orleans sobre la rama

mayor. Evidentemente, el terreno de las luchas políti–

cas ha cambiado. La guerra civil no puede durar mu–

cho tiempo,

y

no será ya en provincias. En Francia

no habrá más que un combate de corta duración, en

el interior mismo del gobierno,

'y

que terminará con

la guerra moral que las inteligencias privilegiadas ha–

brán hecho de antemano. Este estado de cosas durará

mientras que Francia tenga su singular gobierno que

no tiene analogia con el de ningún país, pues existe la

misma diferencia entre el gobierno inglés y el nuestro

que la que existe entre los dos territorios. El sitio de

Marcas

esta~.a.

pues, en la prensa política . Como era

pobre y no podía hacer que lo eligiesen diputado, te–

nia que darse á conocer de algún modo. Haciendo el

mayor sacrificio que puede hacer un hombre de ta–

lento, resolvió subordinarse á algún diputado rico y