Table of Contents Table of Contents
Previous Page  184 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 184 / 298 Next Page
Page Background

x8o

EL REVERSO

sólo los desgraciados pueden ser jueces de la mise–

ria .•. Hoy comprendo que en otro tiempo sin duda

fuí demasiado severo.

-Caballero, yo me contento con saber su nombre.

Yo no puedo disponer de mil escudos, sobre todo

teniendo que pagar

á

Halpersohn y satisfacer sus

deudas de usted; pero le salvaré, si me jura usted no

disponer de su obra sin avisarme, pues es imposible

meterse en un negocio tan importante como ese sin

consultar

á

la gente del oficio. Mis amos son pode–

rosos, y yo puedo prometerle

á

usted el éxito, si me

promete usted guardar un silencio profundo, hasta

con sus hijos, y me jura cumplir su promesa.

·

-El único éxito que yo deseo obtener es la salud

de mi pobre Vanda; porque, caballero, tales sufri–

mientos extinguen en el corazón de un padre todo

otro sentimiento, y el amor á la gloria no es nada

para el que ve la tumba entreabierta.

-Vendré

á

verle á usted esta noche; se espera de

un momento

á

otro

á

Halpersohn, y yo he prometido

ir todos los días

á

ver si llega. Voy á emplear para

usted todo este dia.

-¡Ah! si fuese usted la causa de la curación de mi

hija, créame que le darla mi obra.

-Caballero, dijo Godofredo, yo no soy librero..

El anciano hizo un gesto de sorpresa.

Le he dejado creer que lo era á la anciana Vau–

thier, para conocer mejor los lazos que le tienen

á

us–

ted tendidos.

-Pues {qUién es

usted~

-¡Godofredol respondió el iniciado. Y como es-

pero que me permitirá usted que le ofrezca medios

para que pueda vivir mejor, puede usted llamarme

en lo sucesivo Godofredo de Bouillon, añadió sonrién–

dose.

El antiguo magistrado estaba demasiado emocio–

nado para reírse de esta broma . Tendió la mano á

Godofredo y estrechó la que su vecino le presentaba.