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EL REVERSO
consideró muy feliz al ver que era objeto de aquella
competencia, con la que sólo podía salir ganando .
(Sabe usted lo que es la obra?
-No, sólo sé que es un buen negocio .
-No son más que las nueve y media, mi hija ha
almorzado, mi nieto Augusto no vuelve hasta las once
menos cuarto, y Cartier no traerá las flores hasta den–
tro de una hora; de modo que podemos hablar, se–
ñor... (Señor qué?
-Godofredo.
-Señor Godofredo, la obra de que se trata fué
concebida por mf en
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5, en la época en que, admi–
rado de la destrucción persistente de la propiedad
inmueble, el ministerio propuso aquella ley sobre de•
recho de primogenitura, que fué rechazada . Había
observado algunas imperfecciones en los códigos y en
las instituciones fundamentales de Francia. Vuestros
códigos han sido objeto de importantes trabajos, per()
tod<•s estos tratados no eran más que jurisprudencia ,
y nadie se ha atrevido á contemplar la obra de la Re–
volución ó de Napoleón, si usted quiere, en su con–
junto, estudiando el espíritu de estas leyes y juzgán .
dolas en su aplicación. Esa es mi obra en resumen,
y se intitula provisionalmente
Esplritu de las leyes
nuevas;
abraza las leyes orgánicas lo mismo que los
códigos. todos los códigos, porque nosotros tenemos
más de cinco códigos. Mi obra tendrá cinco tomos ,
y un tomo de actas, de notas
y
de sentencias. Me
quedan aún tres meses de trabajo . El propietario de
esta casa, antiguo librero, por algunas preguntas que
yo le hice, adivinó, ó, si usted quiere, olió en esto un
negocio. En un principio, yo no pensaba más que en
el bien de mi país. Este Barbet me tendió un lazo.
Ahora se preguntará usted cómo un librero ha po–
dido engañar á un viejo magistrado; pero ya conoce
usted mi historia, y este hombre es un usurero
y
tiene el golpe de vista y la astucia que tienen todas
esas gentes. Su dinero se me presentaba siempre