Table of Contents Table of Contents
Previous Page  178 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 178 / 298 Next Page
Page Background

174

EL REVERSO

-¡Mil escudos! repitió Godofredo . ¡Ah! descuide

usted, si yo tuviera mil escudos, no vendría á vivir

aquí. Pero, vea · usted , no puedo ver el sufrimiento

ajeno , y por unos cuantos cientos de francos que ine

va á costar esto, tendré la seguridad de que mi ve–

cino, que es un hombre de cabellos blancos, tendrá

pan y leña... {Qué quiere usted? muchas veces se

pierden jugando mayores cantidades que esas .. . Pero,

tres mil francos, ¡caramba! ¡ya es otra cosa!

La Vauthier, engañada por la fingida franqueza de

Godofredo, dejó ver en sus labios una sonrisa de sa–

tisfacción, que confirmó las sospechas del inquilino .

Godofredo quedó persuadido de que aquella vieja era

cómplice de una trama urdida contra el pobre señor

Bernard.

-¡Qué cosas más raras se le meten

a

una en la

cabezal Va usted á decirme que soy muy curiosa,

pero ayer cuando le ví á usted hablando con el señor

Bernard, me figuré que era usted algún dependiente

de librería, porque

este.es

el barrio de ellos. Yo tuve

aquí un inquilino que era regente de una imprenta de

la calle de Vaugirard, que se llamaba como usted.

-Y {qUé le importa ·á usted mi

profesión~

dijo Go...

dofredo.

-¡Bah! que me lo diga usted ó que no me lo diga,

de todos modos lo sabré. Vea usted, por ejemplo, al

señor Bernard, que estuve dieciocho meses sin saber

lo que era; pero al llegar al diecinueve , acabé por

· descubrir que había sido magistrado, juez ó no sé qué

de justicia, y que escribe sobre estas cosas ... Y

{qué ganó con eso? nada, porque yo se lo digo

á

todo

el mundo; pero si me lo hubiera confiado, me ca–

llaría.

-Aun no soy dependiente de librería, pero no tar–

daré en serlo.

-¡Me lo sospechaba! dijo vivamente la viuda Vau–

thier volviéndose

y

dejando la cama que estaba ha–

ciendo, para tener un pretexto para permanecer al lado