Table of Contents Table of Contents
Previous Page  16 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 16 / 298 Next Page
Page Background

12

EL REVERSO

aquel mismo año, había disminuido aún su capital,

haciendo gastos tanto para deslumbrar á los padres

como para procurar agradar á la hija. Esta vanidad,

que si bien se mira es bastante perdonable, determinó

la negativa de la familia, que sentía horror á la disi–

pación, tan pronto como supo que Godofredo había

perdido ciento cincuenta mil francos en seis años.

Este golpe hirió tanto más profundamente á a·quel

corazón ya marchito, cuanto que la joven carecía de

hermosura. Pero bien instruido por su madre, Godo–

fredo había reconocido en su futura la existencia de

una alma seria y las inmensas ventajas de una inteli–

gencia sólida; se había acostumbrado á su rostro, ha–

bía estudiado su fisonomía, y le gustaban la voz, los

modales y la mirada de aquella joven. Después de ha–

ber puesto en aquel cariño las últimas ilusiones de su

vida, experimentó la más amarga de las desesperacio–

nes. Su madre murió,

y

él, cuyas necesidades habían

seguido el movimiento del lujo, se encontró con

cinco mil francos de renta por toda fortuna,

y

con la

seguridad de no poder reparar nunca sus pérdidas,

reconociéndose incapaz de la actividad que exige esta

palabra terrible:

¡hacer fortuna/

La debilidad impaciente

y

melancólica no desapa–

rece de pronto. Así es que durante su luto busc6

distracciones en París: comía en las mesas redondas

de las fondas, trababa amistad con desconocidos, bus–

caba relaciones,

y

sólo encontraba ocasiones para nue–

vos gastos. Paseándose por los bulevares sufría

tanto, que la vista de una madre acompañada de una

hija casadera le causaba una sensación tan dolorosa

como la que experimentaba cuando veia á un joven

yendo al bosque de Bolonia

á

caballo, á un advenedizo

con su elegante coche ó á un empleado condecorado.

El sentimiento de su impotencia le decía que no podía

pretender ni la más honrosa de las posiciones secun–

darias, ni el más fácil destino;

y

tenia bastante cora–

zón para estar constantemente contrariado y herido,