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DE L.l\ HISTORIA CONTEMPORÁNEA

1 1

otra parte, le pareció que el gobierno faltaba á fasalc.–

yes de su origen. Godofredo se declaró por el

movi–

miento

cuando se trataba de

resistencia,

y volvió á

París casi pobre, pero fiel

á

las doctrinas de la opo-

sición.

·

Asustado de los excesos de la prensa, y más asulF

tado aún de los atentados del partido republicano,

buscó en el retiro la única vida que convino siempre ·

á un sér cuyas facultades fuesen incompletas, que no

tuviese fuerzas para resistir el rudo ejercicio de la vida

política, cuyos sufrimientos

y

lucha permaneciesen

desconocidos, y que estuviese cansado de sus impo–

tentes esfuerzos

y

sin amigos, pues la amistad exige

cualidades ó defectos salientes, pero que poseyese una

sensibilidad más soñadora que profunda. <No era este

el único partido que podía convenir á un joven enga–

ñado varias veces por l'os placeres, y envejecido por el

contacto con una sociedad tan excitante como excitada?

Su madre, que se moría en la apacible aldea de

Anteuil, llamó á su hijo, tanto páta tenerlo á su lado -

como para ponerlo en un camino en que encontrase

la dicha constante y sin emociones, que es la única

que conviene á semejaRtes almas. Al ver que á los

veintiocho años estaba reducida su fortuna á cuatro mil

francos de renta, sus deseos apagados, sus pretendi–

das capacidades extinguidas, su actividad nula, su

ambición humillada y su odio contra todo lo que

se elevaba legítimamente, la mp.dre de Godofredo

acabó por juzgarlo, é intentó casarlo con una joven

hija única de unos comerciantes retirados, la cual po–

día servir de tutor al alma enferma de su hijo; pero el

padre de la muchacha estaba dotado de ese espíritu

calculador que no abandona nunca un antiguo comer–

ciante en las expeculaciones matrimoniales, y, después

de un año de relaciones, Godofredo fué rechazado. En

primer lugar, á ·los ojos de los padres de la novia,

aquel pretendiente debía conservar la profunda inmo–

ralidad adquirida en su carrera, y después, durante