Table of Contents Table of Contents
Previous Page  155 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 155 / 298 Next Page
Page Background

DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA

1

5

I

como fui marido, y con esto está dicho todo. Mi hija

no

se separó nunca de su madre, y jamás niña alguna

vivió más casta y cristianamente que mi hija querida.

Nació robusta y hermosa, y su marido, joven cuyas

costumbres no tenían tacha, pues era hijo de un amigo

mío, de un presidente de audiencia real, no pudo

contribuir en nada á su enfermedad.

Godofredo y el señor Bernard hicieron una pausa

involuntaria mirándose mutuamente.

-Ya sabe usted que el matrimonio cambia á veces'

mucho á las ' jóvenes, repuso el anciano. El primer

embarazo pasó bien y dió por resultado un hijo, mi

nieto, que vive ahora conmigo, y que es el único re–

toño de dos familias que se aliaron. El segundo emba–

razo vino acompañado de síntomas tan extraordina–

rios, que los médicos, asombrados, lo atribuyeron

á la rareza de los fenómenos que se manifiestan á

veces en este estado y que consignan en los fastos de

la ciencia. Mi hija dió á luz un niño muerto, contra–

hecho, torcido y ahogado por movimientos interiores.

La enfermedad empezaba y el embarazo no tenía nada

que ver con ella. {Es usted acaso estudiante de me–

dicina~

Godofredo hizo un gesto que lo mismo podía inter–

pretarse por una negación que por una afirmación.

-Después de este parto terrible y laborioso, repuso

el señor Bernard, un parto, caballero, que produjo

una impresión tan profunda á mi yerno, que fué el

origen de la melancolía que acarreó su muerte, mi

hija, dos ó tres meses después, se quejó de una debi–

lidad general que afectaba particularmente á los pies,

los cuales, según decía ella misma, le parecía que

eran de algodón. Esta atonía se cambió en parálisis;

¡pero qué parálisis, caballero! Los pies de mi hija se

pueden doblar y retorcer sin que ella sienta nada.

Existen los miembros, pero sin apariencia de sangre,

de músculos ni de huesos. Esta afección, que no tiene

semejanza con nada conocido, atacó á los brazos y

á