_DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA
133
y
creemos que nos ha sido usted enviado por Dios.
Es usted una buena naturaleza agaada, y desde que
está usted con nosotros, los malos gérmenes van des–
aparecien4o. La naturaleza divina de la señora ha
influído sobre usted. Ayer celebramos un consejo, y,
teniendo en cuenta que cuento con su confianza, mis
buenos hermanos acordaron nombrarme tutor
y
maes–
tro de usted ... {Está usted
contento~
......... ¡Ah! mi querido señor Alain, usted ha desper–
tado en mí con su elocuencia...
-Hijo mío, no soy yo el que habla bien, son las
cosas las
~cuentes
... Se puede tener siempre la se–
-guridad de ser grande y hasta sublime obedeciendo á
Dios
é
imitando
_á
Jesucristo, en cuanto es posible
á los hombres, ayudado p9r la fe.
-¡Pues bier., este momento ha decidido mi vida y
me siento poseído de todo el fervor de un neófito!
exclamó Godofredo. Yo también quiero pasar la vida
haciendo el bien.
·
-Ese es el secreto para estar siempre con Dios,
replicó Alain. {Ha estudiado uated aquella divisa:
Transire Benejaciendo? Transire
sigiúica recorrer esta
vida, dejando tras sí una larga huella de beneficios.
-Lo he comprendido perfectamente, y yo mismo
he puesto la divisa de la orden en la cabecera de mi
cama.
/
-Está bien. Esa acción, tan sencilla en sí misma,
tiene un gran valor á mis ojos. Hijo mío, voy á con–
fiarle á usted su primer asunto, su primer duelo con
la nobleza, y voy á ponerle á usted el pie en el es–
tribo ... Vamos
á
separarnos ... Sí, yo mismo tengo
que salir del convento para ir á ocupar mi puesto en
el corazón de un volcán. Voy á pasar
á
ser contra–
maestre de una gran fábrica cuyos obreros están in–
fectados de doctrinas comunistas, que sueñan con la
de'Strucción social y la aniquilación de los amos, sin
considerar que eso sería la muerte de la industria, del
comercio y de las fábricas. Permaneceré allí, {qUién