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EL REVERSO
EPISODIO SEGUNDO
EL
INICIADO -
Lo mismo que el mal, lo sublime tiene su contagio.
De modo que cuando el huésped de la señora de la
Chanterie llevó en aquella vieja
y
silenciosa casa
algunos meses, después de la última conferencia del
bondadoso Alain, que le hizo sentir un profundo
respeto por los casi religiosos con quienes se encontra–
ba, experimentó ese bienestar del alma que proporcio–
nan la vida arreglada, las costumbres sencillas
y
la
armonía de los carácteres de los- que nos rodean. En
cuatro meses, Godofredo, que no oyó ni un grito, ni
una discusión , acabó por confesarse á sí mismo que,
desde la edad de la razón, no recordaba haber gozado,
no de felicidad, sino de tranquilidad tanta. Viendo de
lejos, juzgaba acertadamente al mundo. En fin, el'
deseo que alimentaba hacía ya tres meses de partici–
par de las obras de aquellos misteriosos personajes
se convirtió en pasión, y, ®
nqu.lino se sea gran
filósofo, cualquiera puede comprender la fuerza que
adquieren las pasiones en la soledad.
Un día, pues, día que pasó á ser solemne por la
omnipotencia del espíritu, después de haberse son–
dado el corazón y de haber consultado sus fuerzas,
Godofredo subió á la habitación del buen Alain, .de
aquel á quien la señora de la Chanterie llamaba su
cordero,
de aquel que le parecía el más tratable y el
menos imponente de todos los habitantes de la casa,