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.EL REVERSO
-Su vida explica la larga vida de los solitarios,
dijo Godofredo.
-Algunos días me pregunto la significación de
semejantes existencias. <Reserva Dios últimas
y
crue–
les pruebas á aquellas de sus criaturas que han de .
sentarse á su diestra al día siguiente de su muerte?
dijo el infeliz Alain, sin saber que .expresaba con sen–
cillez la doctrina de Swedenborg sobre los ángeles.
-¡Cómo! exclamó Godofredo, <fué confundida la
señora de la Chanterie con?...
-La señora de la Chanterie se mostró sublime en
la cárcel. Realizó durante tres años la ficción del vi–
cario de Wakefield, pues convirtió á muchas mujeres
de mala vida que la rodeaban. Durante su detención,
observando las costumbres de las reclusas, se sintió
compadecida de los dolores del pueblo que socorre
hoy, y que la constituye en reina de la caridad pari–
siense. Enmedio del espantoso Bicetre de Rouen,
concibió el plan cuya realización llevamos hoy á cabo
nosotros. Como ella dice, aquello fué un sueño deli–
cioso , una inspiración angelical enmedio del infierno ,_
y
no se imaginaba poder realizarlo nunca. Aquí,
ccando renació la calma en París, en
1819,
volvió
á pensar en su sueño. La señora duquesa de Angu–
lema, la Delfina, la duquesa de Berry, el arzobispo
y
después el canciller, fueron las personas piadosas que
dieron liberalmente las primeras sumas que se nece–
sitaron. Estos fondos se aumentaron con el importe
de nuestras rentas, de las que ninguno de nosotros
toma más que lo extrictamente necesario.
Los ojos de Gadofredo se llenaron de lágrimas.
-Somos los servidores fieles de una idea cristiana,
y
pertenecemos en cuerpo y alma
á
esta obra, cuyo
genio y fundadora es la señora baronesa de la Chan- ,
terie, á quien usted nos oye llamar respetuosamenté
Señora.
- ¡Oh! yo seré todo de ustedes, dijo Godofredo
tendiendo las manos al anciano.
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