DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA
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los Champignelles y de los Beauseant, dos años des–
pués de entrar en la cárcel fué puesta en un cuarto
de pago, donde vivía como una religiosa enclaus–
trada.
-c.Y los otros}
- E l notario Leveillé, Herbomez, Hiley, Cibot,
Grenier, Horeau, Cabot, Minard, y Mallet, fueron con–
denados á muerte y ejecutados aquel mismo día. Pan–
rier, condenado á veinte años de trabajos forzados,
lo mismo que Chaussard y Vauthier, fueron marca-
-
dos y enviados
á
presidio; pero el Emperador indultó
á Chaussard y Vauthier; Melin, Laraviniere y Vinet,
fueron condeQac!os á cinco años de cárcel. La mujer
de Bourget fué condenada á veintidós años de reclu–
sión. Chargegrain y Rousseau fueron absueltos. Los
rebeldes fueron condenados todos á muerte, menos
la joven Codard, que, como habrá usted adivinado,
no es otra que nuestra pobre Manón ...
-¡Manónl exclamó Godofredo estupefacto.
-¡Ohl aun no conoce usted á Manón, replicó el
buen Alain. Esta fiel criat
condenada á veintidós
años de cárcel, se entregó para poder servir en la pri–
sión á la señora de la Chanterie. Nuestro querido vi–
cario es el sacerdote de Mortagne que administró los
últimos sacramentos á
la~eñora
baronesa de las Tours–
Mesnieres, tuvo valor para acompañarla al patíbulo
y le dió el último beso de despedida . Este valeroso y
sublime sacerdote había asistido también al caballero
del Vissard. Nuestro querido párroco Veze conoció,
pues, todos los secretos de esos conspiradores ...
-¡Ahora comprendo cómo han encanecido sus ca–
bellos! dijo Godofredo.
---¡Ay de mi! repuso Alain, recibió de Amadeo del
Vissard la miniatura de la señora de las Tours-Mesnie–
res, que es la única imagen que queda de ella; así es
que este sacerdote pasó á ser sagrado para la señora
de la Chanterie el día en que ésta volvió dolorosa–
mente al seno de la sociedad.