DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA
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ban tantas personas colocadas en tan diferentes gra–
dos de la escala social, fué descubierta por la justicia
más rápidamente de lo que lo fué ·aquélla cuya agre–
sión primera fué el ataque á los fondos de Caen.
Todos los culpables fueron perseguidos y expiados,
seis días después del atentado, con una perspicacia
que denotaba el perfecto conocimiento de los planes
y de los enemigos. El arresto, el
pro~eso,
la muerte de
Rifoel y de sus cómplices, son una prueba indudable
de nuestra afirmación. La cancillería, lo repetimos,
sabe mucho más que nosotros respecto á este punto.
,,{Qué condenado podría recurrir mejor que Enri- .
queta Lechantre á la clemencia del· soberano?
,,Arrastrada por la pasión y por ideas de rebelión
que mamó de sus antepasados ,
e~
indudablemente
inexcusable á los ojos de la justicia; pero á los ojos
del más magnánimo de los emperadores, la infame
traición de que fué víctima la condenada, (no influirá
en su
favor~
»El mayor capitán, el inmortal genio que indultó
al príncipe de Hatzfeld y
~~e
sabe adivinar como Dios
mismo las razones nacidas de la fatalidad del corazón,
(nO querrá admitir el poder invencible, en los prime–
ros años de la vida, que preside este crimen, para ex–
cusarlo por grande
que--sea~
nVeintidós cabezas han caído ya bajo el hacha de
la justicia por sentencias de tres audiencias criminales;
no queda más que la de una jQven de veinte años, la
de una menor; {no quiere dejarla, el Emperador Na–
poleón
el
Grand·e, para que la purifique el arrepenti–
miento~
(No le corresponde
á
Dios tomar también
parte en esta
obra~
,Por Enriqueta Lechantre, esposa de Bryond de
las Tours-Mesnieres,
,,Su defensor,
))BORDÍN, .
»Procurador del tribunal de primera instancia
del departamento del Sena. »