DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA
109
asilo
á
la dama Bryond,
y
todos van á esconderse en
el
bosque de Troisville. De aquf, Mallet
y
Ratel,
acompañados de Hiley y de Cibot, se van por la no–
che á casa de los hermanos Chaussard; pero entonces
supieron que los dos hermanos habian abandonado
el país,
y
supusieron que al hacerlo habrían puesto el
resto del dinero á buen recaudo
Este fué el
últi.moesfuerzo del complot para reco–
brar el dinero del robo.
Ahora es preciso establecer la parte que cada uno
de estos autores tomó en el atentado .
Dubut, Boislaurier, Gentil, Herbomez, Courceuil
é
Hiley son los iefes, los unos deliberando
y
los otros
obrando.
Boislaurier, Dubut
y
Courceuil , los tres fugitivos
y
rebeldes, son insurrectos por oficio , factores de dis–
turbios é implacables enemigos de Napoleón el Grande,
de sus victorias, de su dinastía, de su gobierno, de
las nuevas leyes
y
de la constitución del Imperio.
Herbomez é Hiley ejecutaron audazmente como
brazos lo que
habi.apconcebido como cabezas.
La culpabilidad de los siete instrumentos del cri–
men, Cibot, Lisieux, Grenier, Bruce, Horeau, Cabot
y
Minard, es evidente; se deduce de las declaraciones
de los que están en manos de la justicia, pues Li–
sieux murió durante la instrucción, y Bruce logró es–
~apar.
La conducta observada por Rousseau, el cochero,
hace suponer su complicidad. Su lentitud durante la
primera parte del camino, la precipitación con que
fustigó
á
su~
caballos á la entrada del bosque,
B\J
per–
severancia en sostener que le habían vendado los
ojos, cuando, en realidad, el jefe de los bandidos hizo
que le quitaran el pañuelo diciendo que lo recono–
ciese, según confesión de los jóvenes viajeros, todas
-estas particularidades hacen suponer en él la conni–
vencia.
Respecto
á
la señora Bryond
y
al notario Leveillé,